In Poesía

A DIVINIS CARDENAL

Pena canónica de los ministerios divinos
levantada por la misericordia de Francisco.
Tú revolución sobre todo cuestión de amor,
la vida es subversiva o el amor es el agitado.
Como tú canto siento Managua apretada por ametralladoras,
desde el palacio de bizcocho de chocolate,
y los cascos de acero patrullando las calles.
Aquellas revoluciones para la obtención de concesiones y exenciones.
El umbral de cultura en tú formación por Europa y Kentucky.
Ernesto Cardenal poeta; pluma exquisita,
furor de palabras y canto celestial.
Teología de la liberación contra la opresión y por libertad,
Junto al nefasto Ortega y el hediondo olor comunista.
Hoy deslindas del error desde tú lecho y la bendición Papal,
contra la represión, la masacre, los secuestros y la prisión.
Amor rebelde, tú boina Gallega con dejo de alma y justicia,
caminos errantes, religión de soledad.
Comunismo de mentira; dictadura de teatro popular,
chorrean tus versos por Claudia, fallida pasión carnal.
Cardenal: en el legitimo valor de tus palabras doradas,
tus versos preñados de erotismo y necesidad.
Se de tú alma, aun nunca te conocí,
la segregación de tus rimas por cósmicos manantiales,
tú sincera sed de justicia, amor e igualdad.
Desde tú lecho con el nuncio apostólico a la diestra,
la bendición Papal, urbis et orbis con sabor a Pedro y Roma.
En esas humanas contradicciones errantes y cálidas,
el perfume de la piedad de Miguel Ángel en carta celestial,
Las sandalias del pescador milenarias y con poder,
te cantan Réquiem con sabor a cielos en tú final.
Humano, contradictorio, lleno de amor y soledad.

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