Malandrines y arribistas opinan
hijos de delincuentes vociferan,
la maldad impera como humarada
para luego desfallecer.
Busca reinar la post verdad
en caricatura de fariseos de los tiempos.
La hipocresía se enseñorea
en tristes vestidos reciclados.
La sonrisa es una mueca
maloliente y vacía.
La verdad es mercancía
se acomoda y acoteja.
Todo pasa y todo queda
y siempre lo verdadero florece,
por los siglos de los siglos.
Los principios y valores no perecen,
vuelven y vuelven como el amanecer.
Sólo las acciones y el silencio
derriban inmundicias.
El tiempo que suele dar dulces salidas
a muchas amargas dificultades,
prevalece con su elegante soledad.
Perlas a los cerdos
Jamás.
Como el sándalo
que perfuma el hacha que le hiere,
La verdad florece.
Para ambientar lo real
La chica de la perla sonríe eternidad.