Con la certeza de la ausencia de lo divino. Por tanto, también aterrizando y guardando las distancias de la divina del Dante florentino. Conocedor de la realidad isleña, y en consecuencia de las limitaciones narrativas para creer buscar cercanías de metáforas para con el gran literato, y mejor narrador social Honoré de Balzac. Solo abusamos desde la comodidad de los recursos literarios continentales e atemporales. Tomamos títulos de obras universales. Para intentar retratar el alma. Los vericuetos y entresijos tropicales de la vida en sociedad.
Siete veces que se publica en la prensa nacional que está lista la circunvalación. En cada una de las ocasiones, Jacques le Bon le ha tocado ir a la villa La Pedrera. Para ver que no está aún abierta al público. Años de trabajo, con dos gobiernos y una reelección. Pasa de 2,000 millones a 6,000 millones el costo. La vegetación árida. Poca la lluvia, coincide con inauguraciones de obras híbridas en Azua. Aquella pobre Azua de Compostela que no tenía agua. Coincide con fuertes redadas, que hasta tumban ya puertas de casas, en busca de ilegales. Que sí. Necesidad nacional. El hilo conductor del todo, como escena de provincia, la planificación. Planificar, continuidad, verdaderas urgencias, prioridades, concluir, cerrar, terminar, mantener, estrategia provincial, sustituir, plan B o C ante la imposibilidad del A. La cortedad desde la provincia de la visión del desarrollo holístico y de largo plazo.
Santo Domingo hoy era un primor. El senado reconoce a un insigne municípe. De alguna manera Jacques le Bon sospechaba que la prestancia era directamente proporcional a la calidad de una parte de la composición del alma nacional. De la subida al palo por supuesto. Viejo vendedor de electrodomésticos de la era gloriosa de la guardia nacional. Contratista de obras del estado, la fauna del como. De palo blanco a propietario. De otro supuesto propietario parido del sistema político de succionadores de tetas de la Vaca Nacional. Que probablemente sea legítimo hasta en el mismo sentir de las íntimas fibras del congreso. Se identifican, con el loable aporte al talento artístico nacional. Bachateros, urbanos. Grandes comediantes portadores de todo el humor tropical. Presentadoras estilizadas, con el nuevo nombre de comunicadoras. Modernidad en el más viejo divertimento del alma del macho nacional.
Nuestro Jefe de las Fuerzas Armadas caminaba la frontera junto al Secretario General de la OEA. Sellada, con un perímetro entre digital y físico reforzada por tanques de fabricación nacional. La naciente industria armamentista florecía con los tiempos mundiales. Jacques le Bon recordaba que a pesar de la escena, persistía la porosidad en la frontera. La necesidad, los intereses binacionales. El mandato de no dejarse morir que procuraba bienestar, y algún hálito de esperanza humana.
La vida en el campo. La viabilidad real actual de mano de obra barata para la producción. Migración en la era Trump. Jacques le Bon recordaba los esfuerzos de Kelly Price-Mars Parrinson por persistir. El cuco de la camiona hacía inviable algún respiro de ocio. Cada ida y vuelta eran 18,000 tolete. Ir a las Charcas era zozobra. Grandes interrogantes cercenaban la posibilidad de futuro. Como será cuando los muchachos les llegue la edad de colegios. Y si tengo que ir huyendo a un hospital con uno de ellos o la mujer. El terror de la deportación era agonía. Price-Mars Parrison lleno de interrogantes y pesadillas, labraba la tierra con la fuerza del machete y la azada sin saber qué será.
La muerte quizás a veces une. El orgullo y la vanidad veraneaban junto a la tenue brisa. Ante la escasez del verdadero amor. Inválidos en la real operatividad del alma. Marcados por una efímera grandiosidad de sentirse auténticos sabelotodos. La caricatura de la manifestación del poder con el supuesto control, tiraban los hilos de la verdadera motivación. No había gozo, y menos risas genuinas. El éxito era una fotografía externa escuálida y fría desde el tiritar de los soberbios fuera de borda. Jacques le Bon solo podía observar y, sentir los extraños muros ajenos a la fraternidad. Con la estampa de los forajidos de mala clase y desalmados. Con el hedor del salitre donde solo cenizas hallaras.
La vida política, al ritmo de las redes. Meses de vagancia del primer poder del estado, pero en breves semanas emite prontas respuestas a todas las necesidades legislativas nacionales. La solución vial y ambiental de la avenida República de Colombia solo será un muy leve pellizco a las aceras del parque Jardín Botánico. El “negocio” de los residuos sólidos, de un aparente tiguere binbin de gobiernos anteriores y este, parece no va. Pero la brillantez para el colectivo es la República de ideas. Un sentimiento democrático, verdaderamente colectivista presentía Jacques le Bon. Un primero la gente, desde el jacho simbólico y alma perredeista. Con aroma a barricada, y galloloquismo peñagomista.