El espíritu de la navidad volvía en medio de constantes policrisis y múltiples escenarios de guerra. Tras la pandemia, lo permanente es una especie de salto eh la pulga para la humanidad en buen dominicano. Con lluvias extrañas para la fecha, Jacques le Bon desayunaba con la vista a su árbol de navidad y los grisáceos cielos del Serrallés. Un café Monte Real en maridaje con leche dorada(con cucharita de cúrcuma), junto a trozos (en sueños) de un panettone Bonifanti de ciocolatto y pedacitos de peras confitadas le era inmensamente gratificante. Con tantas navidades ya, Jacques le Bon no podía dejar de pensar en los tiempos y el curso actual de la humanidad.
En silencio Jacques le Bon realizaba desde sus pensamientos una especie de resumen actual de los acontecimientos. Como si fuese una lista de pedimentos a Santa Claus, hacia un balance en procura de la magia y los milagros divinos de los cielos: Con tantos frentes para Occidente y el congreso norteamericano negado a dar más fondos a las guerras, la balanza de la guerra Rusia-Ucrania traza una aparente inclinación de ventaja a las intenciones del Zar Putin. Oriente Medio en una nueva Guerra Fría, la carnicería en la Franja de Gaza junto al mandato en el limbo de Naciones Unidas de dos países del 1947, son pues hechos secundarios para los aparentes intereses geoestratégicos del nuevo orden mundial. Inicios de un posible noviazgo Arabia Saudí-Israel no han gustado sobre todo a los intereses de Irán y, provocando todo este otro escenario guerrerista. Israel aliado de Occidente, parece no solo se dispone como seguridad nacional acabar con Hamás sino también entrarle a Hezbolá y sus protectores chiítas Irán. Globos de vigilancia chinos incurren en el espacio de Taiwán. Recientes ataques a buques comerciales en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén han pausado o desviado las operaciones a través del Mar Rojo, los desvíos a través del Cabo de Buena Esperanza afectarán el transporte marítimo reservado a través del Canal de Suez de varias maneras, sumando 3.5 mil millas náuticas. Las consecuencias incluirán retrasos en el tiempo de tránsito de 7 a 14 días, tarifas de flete más altas, afirma un parte noticioso de las grandes navieras a sus clientes globales. Súmele la escasez de agua en el Canal de Panamá producto de la sequía, que ha provocado tapónes de buques y merma en el número de barcos que pasan. Los hutíes yemenitas de Ansaralá han bloqueado selectivamente el súper estratégico estrecho de Bab al-Mandab, donde pasan a diario 21 millones de barriles de petróleo. Haití nuestro país vecino nueva vez en el olvido, desde la intrascendencia de su poca relevancia en el tablero geopolitíco de las potencias. RD que cargue con ese conglomerado humano incapaz de acceder a estadios de civilización. La ruta de la seda del Mandarín Xi en RD se extiende a ya casi todos los pueblos; sigue el festín en Aduanas con arancel especial para chinos de la dinastía.
Apesadumbrado Jacques le Bon se jamaqueaba en busca del aquí y ahora. Como flashes, las luces de su árbol de navidad preñadas de brillo le provocaron dulces recuerdos. Un viaje inexorable por sus vivencias de la Navidad. Natividad, nacimiento repetía Jacques le Bon pensando en el profeta por antonomasia de Occidente Jesús de Nazareth. Sus sesudas prédicas en parábolas. Su propuesta del reino de los cielos. Su hermoso camino espiritual de redención señalado para vivir. La posibilidad de adentrarnos en su mundo de amor y perdón. Diciembre es un final y, un comienzo. La posibilidad de volver a empezar y repensar nuestros pasos y camino. Un balance. Un inventario. Cambiar y reafirmar. Mejorar o modificar. Pasajera la vida, Jacques le Bon pensaba en cuanto menos necesita hoy en contraposición al furor consumista de los tiempos.
Alegre Jacques le Bon divisaba los cielos entristecidos por la humedad. Recordaba el día que descubrió a sus padres colocando los regalos debajo del árbol de navidad. El aroma a fuego de las innumerables vueltas y vueltas que dío a miles de Patadegallina. El gozo con malicia de cada estruendo de Tumbagobiernos lanzados. Aquél 25 de diciembre que Santa le trajo su inolvidable triciclo Fisher Price irrompible. Su primer Gijoe con su caja militar llena de pertrechos. El Atari ya sabiendo Santa eran los viejos, con la cinta de Pac-Man y Space invaders. Lucido desde los sueños, Jacques le Bon se dejaba adentrar en los misterios de la Natividad. Soñaba para penetrar en los confines de la magia desde la necesidad. Como el pan para el espíritu y, los propósitos inescrutables de la divina providencia.