Gústeles o no. Fue él. El único estadista del arte de lo posible del siglo XX. El visionario que soñó su gobierno desde chiquito. El hacedor de las avenidas y las estatuas necesarias. El que le devolvió el brillo a la ciudad romántica y primada de Ámerica, junto a los ecos caribeños de Salomé. El constructor de parques, con sus generosos pulmones para la ciudad. Proyectó y vislumbró el crecimiento junto al espíritu del hombre del Vitruvio, con el ser y el ethos nacional en el centro. Con sus viajes diplomáticos como cortesano de la era, y su exilio triste neoyorquino. Nos sembró civilización, dotó …