In Poesía

INSTANTE ETERNO

A Pablo de Tarso Pedralles Montoya & Beatriz Viterbo.

Dos muros de frente
al centro un corredor del Paraíso latente.
Un Cielo de sonidos y fotografías
de mañanas un olor a guayaba y cerezas,
tardes de olivo,
noches da lavanda y frambuesas.
Anselmo Paulino Roncones incrustado a su muro,
Claudia Pedralles abrazada al de ella con eternidad.
La atmósfera como grietas
en la lógica de la realidad;
un jardín de irrealidades secretas y ocultas.
Se miran y se desean
en la perpetuidad.
Gozo de paz
un chantillí de serenidad imperecedera,
Dátiles con pistachos y nueces
como aroma en cada mirada y palabra.
Nada, en un presente de framboyán
ahora con el perfume de trinitarias en hileras infinitas.
Pensamientos de sueños reales de besos y abrazos,
coitos de amor como milagros perpetuos.
Ni son ni desean a la vieja usanza de la calle
fluyen sus almas desde el gozo latente de la inmortalidad.
No existen juicios ni criterios,
Son;
en las interminables carnalidades de los túneles del alma.
Los dioses aún duermen
Anselmo y Claudia ensayan,
su Olimpo se desgaja como cítricos de amenidades,
paso a paso
amor perpetuo de perfumes siderales,
ecos de sentimientos como tambor de infinitud.
En libertad para ser mejores
llenos de olvidos y muchos perdones.


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