PATRICIUS
"Los pueblos dignos, como los hombres con estatura moral,
buscan dar no recibir, buscan ayudar no pedir ayuda."
Juan Emilio Bosch y Gaviño
Siento el dolor de tus errantes pasos finales, el sinsabor profundo que emergió en tus últimos alientos fotográficos, el pesaroso viento y olor a tragedia de esas ajenas y áridas tierras venezolanas.
La memoria profundamente poblada de desalientos, desencantos, la traición para el que todo lo dio sin pedir, todo lo derramó como esencia, cuánto dolor y sacrificio, cuánta nobleza para el que da hasta la vida, porque lo da todo… todo lo tuyo y de tu familia, tu corazón, tus encuentros místicos en esos vientos europeos en Barcelona, Hamburgo… la magia del Emilio, el poder del Contrato Social, de Jean Jacques Rousseau, que te transforma en portavoz de la libertad de la isla.
Trinitario soñador, almacenaste el clímax vital del momento, supiste que como el Nazareno, tendrías que atravesar los desiertos, darlo todo sin presente ni futuro, abrazaste el cielo de la eternidad… La trascendencia de tu espíritu indomable te elevó, más allá derramaste tu gólgota rosa, el sabor profundo de tu corona de espinas, grande como los héroes te elevaste en tu mito, renunciaste a tu vida de privilegios, hijo de rico comerciante ferretero, bebiste el cáliz eterno de los que trascienden el momento, el shangrila de los elegidos para encabezar la historia de esta bella isla, el sello de tu alma destilada en todo el firmamento nacional, la esperanza de cristalizar algún día tu proyecto político, el retrato vivo y anhelado de tu espejo de lo dominicano, el espíritu de fraternidad y libertad de tu gran formación en la masonería.
Canto junto a Bosch, junto a Balaguer, junto a José Gabriel García y Troncoso Sánchez tu música "Cristo de la Libertad".