Desde lo místico buscaba altura para sobrevolar la realidad. Tiempos recios mascullaba. Una selva oscura, como la del gran poeta florentino, navegaba por sus pupilas como escenario actual de desencuentros para la humanidad. Era miércoles 5 de marzo del 2025, y Jacques le Bon recordaba el inicio de la cuaresma. 40 días; como los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su ministerio público. También rememoraba los cuarenta años que los israelitas pasaron en el desierto mientras buscaban la tierra prometida.
Buscando su desierto Jacques le Bon se adentraba por múltiples pensamientos. Repetía con el eco de Aristóteles: La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor. Los tiranos se rodean de hombres malos, porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado los adulará. El que hace trampa es porque no tiene el coraje de ser honesto. Hombres fuertes a la usanza terrenal. Regímenes totalitarios volvían a dominar los destinos. El vacío, como el miedo a la muerte buscaban cantos de sirena. Populista necesidad imperiosa de seguridad tutelada por la encarnación de mesías redentores. Como la vuelta a una Odisea en el Espacio imaginaria, Jacques le Bon visualizaba un nuevo Trucutú con Garrote digital.
Nuestros líderes no son más que servidores de confianza, no gobiernan sentenciaba Jacques le Bon desde un oasis redentor de elegidos. Adentrado en los desiertos Jacques le Bon frotaba sus manos con arena. El verdadero reino que no es de este mundo. Lágrimas, sudor y sangre. 40 días para mortificarse y auto-infligirse penitencias deseadas. Un mundo de paradojas, como respuesta a una vida que no es para entenderla sino para vivirla. La eterna lucha del amor y el odio. La verdad contra la mentira. El bulling y la codicia contra la legalidad con fraternidad.
Cuaresma y cenizas. La soledad en espíritu del camino elegido. Esfuerzo y sacrificio que reconforta el alma. Espera con paciencia. Alumnado en ciencia de la paz como fin mismo. Propósito que forja y construye en la segregación amorosa hacia los caminos del Señor. No ser, siendo en la voluntad misteriosa y suprema del Gran Arquitecto Supremo del Universo. Cuaresma y cenizas. El libre albedrío, como voluntad suprema en la paradoja del entendimiento de la verdad. 40 días para afinar y rimar eternidad junto a los sarcófagos del alma que trasciende. Hoy la buena nueva en la posibilidad de estar más allá del ruido y la furia. Cuarentena al ritmo mágico del fluir de los ríos. Cenizas que hallará en los fondos gloriosos del alumno que busca y encuentra.