12 de Octubre. Al abrir sus ojos las hermosas y detalladas descripciones del almirante de la mar oceánica en su diario de navegación recreaban los primeros pensamientos de Jacques Le Bon. Tras pararse de la cama divisó los cielos desde aquella mística ventana. Una bruma grisácea como confusión de los tiempos poblaba el firmamento. Como hojas otoñales las palabras del Dr. Joaquín Balaguer brillaban en sus recuerdos: " La historia de la literatura dominicana se inicia con el nombre de Colón que nos dejó, en su diario marítimo y en sus cartas, las primeras descripciones sobre la naturaleza de la isla y que supo sentir y expresar como nadie los encantos del paisaje nacional y aun transmitirnos sobre él una visión poética y a veces sobremanera literaria". Ya en su balcón de las meditaciones, Jacques Le Bon junto a sorbos de café reía a batientes la pretendida pose populista y políticamente "correcta", a propósito de la fecha, junto al recuerdo del derribo de estatuas como en Méjico para pretender borrar de la faz de la tierra la mayor epopeya histórica de todos los tiempos. El origen de la familia, la propiedad privada; de los clanes a los imperios suspiraba Jacques Le Bon desde la vista del Serrallés con aroma a polvo del Sahara y las cenizas del volcán de La Palma. Viva España masculló Jacques con los labios humedecidos por la dialéctica.
Ya en la mesa con prensa en mano Jacques Le Bon pasaba las páginas del acontecer global. Un derretido de Provolone junto a Asiago extasiaba su paladar desde la ternura de un pan de Centeno. Un parte de las declaraciones de Carmen Reinhart, jefa de análisis del Banco Mundial, sobre no creer que la inflación sea transitoria le provocaba. Declaraba la analista Reinhart:" Si uno escucha a los bancos centrales, toda esta inflación es transitoria. Pero yo lo veo más complicado. La pandemia no solo ha tenido un enorme impacto sobre la demanda agregada, como ocurrió en la crisis financiera 2008 y 2009, sino que también tiene muchos efectos por el lado de la oferta. De fondo está, además, la escala de la expansión monetaria global, que ya aumentó bárbaramente tras la anterior crisis y en la que ahora tenemos otro salto aún mayor. Si los bancos centrales tienen dudas de qué hacer, van a esperar en vez de actuar. Y eso es un factor que permite que la inflación vaya escalando". Así concluye Carmen Reinhart.
Jacques Le Bon desde su oficio de comerciante pensó en China y los feroces navieros. Desde la semana pasada muchas fabricas en China anunciaron aumentos aún mayores en sus productos. Nuevos atrasos en los ciclos de colocación de órdenes y entregas. Ahora a la locura logística global se sumaba las nuevas políticas energéticas del politburó de mano dura en China. Por pantalla o verdadero sendero de acciones ante el cambio climático, con los chinos nunca se sabe, muchas plantas de carbón saldrían del sistema. Apagones, horarios reducidos y menos días para las fabricas eran nuevos obstáculos para la producción de las instalaciones manufactureras del Mundo y nuevos obstáculos a la logística comercial global para suplir la demanda. A todo esto, como pesadillas, Jacques Le Bon recordó los nuevos precios de los fletes de los puertos Chinos. Alzas de hasta un 1000% en un año. Los oligopólicos intereses de los feroces navieros crecían como la espuma. Los resultados de las tres pesos pesados de la industria en un solo año superaba las ganancias de la última década.
Mar revuelto como en la guerra mascullaba Jacques Le Bon con el microscópico virus Covid-19 en el pensamiento. Hasta donde aguantará la frágil capacidad de consumo de las mayorías ante estas continúas escaladas de precios se preguntaba. Con una aparente o inminente reforma fiscal nacional a los pies Jacques sonreía para no llorar. Recordaba aquél video de Abipilatus declarando que al bajar las tasas se aumentaría las recaudaciones. Una cosa es con Guitarra, otra con Violín sentenciaba junto a Bosch y Gaviño. El recuerdo de aquél legendario video de James Corden junto a Paul McCartney, desde una Range Rover, se le reveló con brío de ánimo. Junto a ellos repetía Jacques Le Bon de forma imaginaria help me. Ohh Tatica, exclamaba Jacques, ayúdanos y cubre con tu manto nuestra eterna orfandad.