AMOR O MIEDO
"La tranquilidad viene de no querer cambiar a los demás."
Dr. Gerard Jampolsky
Nuestros pensamientos y creencias establecen de una forma muy poderosa el curso de nuestras vidas. En esta era digital preñada de adelantos tecnológicos, achicamiento del globo y profundas incertidumbres en el futuro de la especie, volvemos la mirada a lo místico, a lo espiritual, a la profunda necesidad de responder muchos siglos después la inquietud vital de los helénicos: ¿Quién soy?… ¿Por qué y para qué existo?… En esa búsqueda interminable de encontrar y recorrer el camino interior nos topamos con muchas sensaciones, fábricas del lenguaje de otros seres como yo que nos tocan, nos transportan en mágicos vagones del tren de la vida a través de sus postulados, y nos llevan a nadar en los fluidos cerebrales por sus ríos místicos, a saborear el sabor a vida de sus profundos planteamientos que logran más que la racionalidad recorrer el camino portentoso del cerebro al corazón… El Dr. Gerard Jampolsky, eminente siquiatra californiano, autor de grandes obras que revelan las partes escamadas de las cebollas del ser, fundador en su natal California del primer centro para la sanación de la Actitud en 1975, es un artesano del alma. Sus grandes axiomas, como el de que los humanos tenemos dos sentimientos básicos: el amor y el miedo; en esa bipolaridad pendula el alma y manifiesta de manera esencial los sentimientos y emociones que nos caracterizan como especie; su tesis de la posibilidad de reeducar una conciencia establecida, dejar atrás la contaminación traspasada de generación en generación de miedos con categoría de atávicos y transcender en el Río de Heráclito y conjugar la renovación, la decisión suprema de colocar el amor, la trascendencia del alma más allá del ruido mundanal y fluir en la cima, junto a las alturas saboreando el profuso aroma de la neblina mística de los Dioses… Ante el vacío de la era digital, ante la consumación de la gloria terrenal como especie, ante la coronación de nosotros los "Triunfadores" que domamos la Tierra y todo en ella… se siente el vacío, la cortedad de esas glorias efímeras, la necesidad imperiosa de volver la mirada con el alma a los Jesús, Budas, Homeros, Mahomas… y muchos Jampolskies que han persistido en el estudio del ser… en el llamado místico de auscultar el alma y ver las respuestas, encontrar el Gospel que todos llevamos dentro y rimar canciones de amor, estrofas sublimes que derraman el gozo, la plenitud del silencio Feliz.
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