In Reflexión

JUDAS ISCARIOTE

Sin Judas no hubiera habido cristianismo.

Jean Yves Leloup

Judas Iscariote el calumniado es un brillante ensayo del profesor Bosch, una tesis atrevida, con un profundo análisis crítico de los relatos de los apóstoles sobre los últimos días de Jesús de Nazaret, profeta occidental, maestro espiritual de enorme trascendencia, de una incidencia de tal magnitud que nuestra historia se divide en antes y después de su nacimiento.

Más allá de lo religioso-espiritual, guardando y respetando la trascendencia y el valor del hijo del Padre para tantas almas en estas tierras occidentales, reflexionamos hoy con los hechos, la eterna presencia de la política en la conducción de los hilos de la sociedad, la astucia de los vencedores para imponer y recrear los acontecimientos desde la óptica y la visión de sus intereses, escribir su historia, que será la historia de los vencedores.

Judas, el único de los doce de Keriot, todos los demás de Galilea, de linaje y rica procedencia (eran sus padres unos ricos terratenientes), no es casual su importancia entre los doce al ser designado por Jesús tesorero, administrador y dador de los bienes de la comunidad, un puesto que  deja clara la aprobación que le tenia Jesús al manejo, nivel de confianza  y capacidades de Judas en la comunidad. ¿Vendería este hombre a su maestro por treinta monedas?… ¿Qué impulsó a este Judas de Keriot? ¿Cuál era el leitmotiv de este hombre al seguir a Jesús?, sabiendo que carecía de estrecheces como la mayoría de esos tiempos. El hombre de mayor confianza, el único que no era de Galilea (ya sabemos de las pugnas regionales y tribales judías), vendió a su maestro por migajas… O encaja, conociendo la naturaleza humana, que una pugna de intereses y control de la comunidad produjo una rivalidad entre Pedro y Judas… Un relato, una piedra edificada por los vencedores, los continuadores de la obra del más trascendental maestro espiritual, el redentor del alma humana, el Mesías que llenó el profundo vacío existencial de estas almas de occidente.

Pedro, líder de los constructores de este reino, posee un perfil sicológico de espíritu indomable, aguerrido, con profunda disposición para las pugnas y con clara vocación de asumir liderazgos.  Es, pues, que a Judas, ejemplo ancestral del traidor, le tocó poner nombre a esa bajeza de la pasión y condición humana, a ese papel milenario de todas la épocas y tiempos.

Cuentan los apóstoles que Judas, arrepentido, quiso devolver las monedas; otros que no; partió y huyo a unas tierras compradas con las treintas monedas (extraño un ya rico terrateniente con ansias de jugar este rol histórico por algo que le sobra). Al llegar a ellas cayó de cabeza, se reventó por el medio y todas sus entrañas se derramaron, por lo que aquel campo fue llamado "Aceldana", que quiere decir campo de sangre. 

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