Meses sin vernos ya
tiempo sin el verbo y el calor de la cofradía,
semanas sin el brillo de la habitual juntadera.
La peña el despertar
el calor de las mesas de los chinos giratorias
la suma de todos sus platos con sabor continental,
dim sun y wantons junto a los egg rolls,
sus centollas y pescado al vapor.
La peña el despertar
la risa y la franca camaradería
la excusa social para demostrar cariño con afectos,
la suma de energías de náufragos llenos de vida,
el gozo común de la salvación con la hermandad.
La peña el despertar
tiernas focaccia de trufas acarameladas
linguinis con camarones de Sánchez y almejas,
escalopines de ternera a la pimienta verde,
la ternura de un tiramisú proverbial.
La peña el despertar
poder en los pimientos rellenos de paella de cordero
filete al Cabrales y patatas,
bolitas de manchego junto a croquetas de ibérico,
la piscina de crema catalana con el cortao.
La peña el despertar
juntos en la fraternidad del espíritu
cantando al contar nuestras alegrías y esperanzas,
soñando despiertos lo inimaginable,
fiesta serena con sabor a paz.
La peña el despertar
volverán con el favor del Arquitecto
pasará la peste, el temor y la fragilidad,
volverá a brillar el sol de la amistad presencial,
el aroma a vítores y las promesas al despertar.