In Poesía

LUPO HERNÁNDEZ RUEDA

En el ruido de nuestro "desarrollo" caótico y desordenado te vas poeta, la furia de tu ciudad destila cemento, bulla y varilla. Muchos años después de aquel suplemento escolar de la inmensa María Ugarte, expresión de la generación del 48, partes sin ruido, sin excesos; con el faro luminoso de tus versos, el legado de tus profundos trabajos jurídicos en materia laboral, preñados de justicia, grandeza y equidad. Te vas humano ejemplar, a pernoctar junto a nuestros dioses poéticos en nuestro Olimpo de las letras, a reescribir con letras doradas y sabor a cielos el mágico esplendor de tus versos, el poder inmortal de tu canto para transformar almas e invitar a trascender este calor mental, la pequeñez de lo insular y en el poder de tus rimas acariciar cielos, sentir las arrugas celestiales de nuestras estrellas del firmamento. Adiós poeta, repito junto a Fernández Spencer: Si hubieses sido británico con "Círculo", tu fama se habría expandido por todo el planeta y estarías comentado en muy diversas lenguas. Faltan poetas, artistas que canten a la desolación y el tedio de esta aturdida búsqueda incolora y desdichada, que logren expresar mas allá de las cifras y la necesidad económica nacional, pan de versos y metáforas a la cuestión esencial.

CÍRCULO ( FRAGMENTO)

Nací cuando ya era un anciano con hijos.

Mis nietos, que nacieron ayer,

hace tiempo que han muerto.

Yo los miro crecer conmigo en esta hora.

No es cierto que la muerte me acompañe,

que cada día muera algo de mi con ella.

El hombre que yo soy no perece conmigo.

Hace tiempo que ha muerto y me acompaña ahora,

y se sienta a mi lado,

habla cuando converso,

piensa las mismas cosas de antaño que yo pienso.

No es la primera vez que se agusana.

No es la primera vez que reaparece

y penetra en la carne

del corazón de piedra de los hombres.

El hombre es agonía.

El hombre es movimiento perpetuo.

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