Era agradable la inusual brisa de marzo. La plaza del Almirante de la Mar Oceánica resplandecía con los potentes rayos del Sol junto al revoloteo de las palomas al volar y picotear los adoquines. El parque era un estratégico y hermoso lugar de la ciudad de Ovando. Justo al lado de la Primada de América era un lujo pernoctar en aquella agradable vista. Anselmo Paulino Roncones desayunaba en el Palacio de la Esquizofrenia acompañado de Claudia Pedralles, su fiel asistente. Un cremoso jugo de zapote, con tiernos bocados llenos de crocancia de un derretido de queso amarillo era un éxtasis. A la espera de los dictados de Anselmo, Claudia saboreaba un espumoso cortado de café Santo Domingo.
Dando un vistazo al panorama mundial y nacional Anselmo Paulino Roncones comentó: Una confrontativa primera conferencia de prensa del nuevo canciller chino Qin Gang reafirma por donde van las cosas en el tablero geopolítico de un nuevo orden mundial en ciernes Claudia. Duro y contestatario. El nuevo jefe de la diplomacia china fue firme y punzante ante su ya rival imperio norteamericano. La escalada aún mayor parece inminente sentenció Anselmo. Mientras aquí en el patio no hay manera de salir del ambiente electorero. Un crecimiento real, potente de la séptima economía de la región es ninguneado por la opocisión. El poder exalta las reales cifras junto al dolor de mayorías de un crecimiento de ya décadas que cuesta derramarse. La abismal concentración dificulta el sentimiento general de la verdad. La campaña se inicia. Al son de guerra en Europa, y la locura económica de ahora fletes marítimos mas bajos que la prepandemia. El alza salarial. Necesaria, aún el fuerte golpe a muchas empresas sin músculos reales, pudiese ser un aliciente para llegar al torneo electoral con un contrato social compacto. Parecería la inflación cede a nivel mundial. Los tambores de guerra entre titanes, la desglobalización, son espadas de doble filo. Miedo para nuestro turismo y oasis para potenciar el nearshoring logístico-estratégico, a propósito de la Alianza para la Democracia.
Dejemos el mundo y el deporte nacional (la política y la chercha) dijo Anselmo Paulino Roncones a Claudia Pedralles. No continuaremos hoy con los dictados de mis memorias. Vamos a soñar. Soñar que esta bella ciudad de Ovando resplandece. En conjunto como un plan maestro al unísono. Sin el freno de los intereses de grandes propietarios. Con identidad propia, resurge todo el esplendor de su desarrollador Nicolás de Ovando. Todo su enorme potencial. Con coherencia, junto a normas y directrices infalibles. Cerremos los ojos Claudia querida. Nosotros aquí sentados como espectadores. Un Deivi, vegano quizás. Dirigiendo unas comparsas de diablos cajuelos de vistosas máscaras y trajes coloridos. Una fiesta de gigantes cabezotas en una lucha campal a tomatazos. Camiones llenos de tomates lanzados en toda la plaza. A la usanza de Buñol en Valencia, toda la Zona Colonial en una fiesta de tomatina. Una exaltación novedosa a la locura. Toneladas de salsa de tomates rostizados por el sol y los golpes. Un baño de tinta roja donde todo empezó. Un reencuentro con nuestras raíces hispanas. Un volver a la Atenas del Caribe con progreso. Pero no solo económico, también cultural. Con aroma a campo. Música para el alma y el fervor humano. Más allá del sexo mecánico con atrofia de dembow, con sabor a tierra y la piel derramada de tomates estrellados.