Este viento carioca,
brisa sincera que aflora podredumbre y destila el alma del poder nacional ,
danza corrosiva, magistral fotografía de la real afición nacional,
este viento carioca,
lujuria de estado y miseria del ser, la deshonestidad manifiesta que galopa a sus anchas,
estas aguas con el eterno retorno tropical y sabor a Hartmont y Westendorp ,
este viento carioca,
lumpen espirituales, corroídos por la fuerza de ser marginados por la verdad esencial,
este viento carioca,
sin liderazgo, sin reales contrapartes del sector privado,
sin visión de transformar lo humano, apegados a su parcela y el tufo de su perfume limitado,
este viento carioca,
que desnuda la compraventa con categoría de estado,
la exaltación del mercado en la miserable conciencia de pulpero de la dirigencia nacional,
este viento carioca,
en la orfandad del valor patrio, en la consagración de la hamaca como verdad esencial,
el dolor de tus tristes danzas, la inmutable sonrisa del tiempo, la burla perenne de un aparente imposible basta ya, ruido pecaminoso, vocinglería barata que denuncias la calidad humana de nuestro bazar tropical.