LA VOZ QUE CLAMA…
"De ningún castigo deberíamos hacer más caso que de nosotros mismos."
Séneca
Sentado en un desierto imaginario, tumbado en la flexibilidad de una arena lunar contemplo el cielo, las estrellas que nos legó Saint Exupery en su Principito, y diviso la mía, la luminosa infinidad de mi estrella viajando por las milenarias galaxias de la constelación. Allá, junto a ese punto luminoso, aquel que me recuerda junto a Obermann que para el universo no soy nada, para mí… todo, pienso en esa voz, esa portentosa bocina interior donde pendulo en una balanza imaginaria el bien y el mal… ser o no ser… ese polvo cósmico insustancial que me acerca a los dioses, y logro, rimando una metáfora, tocar los cielos, acariciar el estruendoso deseo de obrar a imagen y semejanza, de incorporar en mí el bien y satisfacer la placentera obra de vivir bajo principios, refrenar los caballos instintivos que me conectan con los primates y volar… viajar por las atmósferas templadas del bien ser, de la amantísima conciencia limpia, ligera, presurosa de acrecentar sus vuelos llenos de paz y armonía… ¿Qué es Dios sino ese punto luminoso, la conexión de ese chip del alma con la conciencia universal, el manto de finos telares que nos acaricia y empequeñece el sentido trágico de la existencia, nos empuja, el sentido mágico del gozo…? las amuralladas palabras de Bach en su Juan Salvador Gaviota: "No creas lo que tus ojos dicen. Solo muestran limitaciones. Mira con tu entendimiento, descubre lo que ya sabes, y hallarás la manera de volar."
Una fuerte luz dura segundos… en esas fracciones luminosas permea ese conocimiento humano de la propia existencia, una radiografía del estado, una fotografía de los actos… Me despierto… una bruma sale de mi acondicionador de aire, ¿dónde estoy?, el macizo de un trono de roble golpea mi cabeza… levanto la mirada, sentado a la diestra, fracciones de segundo, un estribillo me invade al lado del Señor (Dios, logos, conciencia universal) es el viaje… un zeppelín de Goodyear pasa por mi mente como a Tony Montana… con una cola larguísima que dice: "Es el amor… el apreciado bien como verbo…" La vida… madera de los sueños…