In Cultura

EL NOMBRE DE LA ROSA

HUMBERTO ECO

Hay libros y películas que marcan, logran traspasar barreras y dejar su tinta imperecedera en el alma. Es el caso de "El nombre de la rosa", del italiano filósofo y semiólogo Humberto Eco. Al enterarme ayer del fallecimiento de Eco, retumbó en mis pensamientos la magia de aquel fascinante libro, la fotografía de aquella espectacular película, el recuerdo de aquella cabalgata de William de Bakersville, junto a su aprendiz Adso, rumbo a la franciscana Abadía a develar los problemas de ese microcosmo, que eran repicados como los problemas de la humanidad en esos 1,300 años de obscuridad. Esta saga detectivesca, culta, de traiciones, intrigas y mujeres y pecados peligrosos, tuvo un poder, un poder majestuoso, y fue el de llevarme de la mano a vivir en la lectura y la magia del séptimo arte la vida del oscurantismo de la edad media, la esencia del miedo en el ser con categoría de Estado, el temor de revelar el conocimiento y la cultura para todos, el desliz de una iglesia cerrada y carente de universalidad en las almas, que asumió el poder terrenal por encima de su necesaria capacidad de educar en la evangelización y traspasar sus bastos conocimientos espirituales en pos de la libertad y agudeza de la bondad en la especie. La represión de la inquisición, el conocimiento de la capacidad humana en la maldad al develar la esencia psicológica de los inquisidores en un Bernardo Gui. La magistral narración de Eco al contraponer este valle de lágrimas con la entrañable relación entre maestro y alumno, personificada entre William de Bakersville y Adso of Melk, nos enseña la posibilidad de redención, el infinito recurso de ser nobles y apegados a los principios de la verdad y el bien ser.

Y aunque la verdad siempre quiere ser encubierta, por los siglos de los siglos, siempre hay personas como el franciscano William de Bakersville, trazando el rumbo, humanizando la belleza del arcoíris, la recompensa de los dispuestos al sacrificio en procura de la verdad y la libertad. Gracias Humberto Eco por darnos alas, gracias por permitirnos valorar tu grato mensaje de fe, fortaleza y esperanza!!!… Descanse en paz premio Príncipe de Asturias, sabio del foro de la Unesco, gracias italiano de fuste, hijo meritorio de tu amada Alessandria del píamente italiano.

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