Altos niveles de testosterona en el tablero geopolítico mundial. Los espacios no se ceden. Se pierden u arrebatan en las sórdidas luchas por la hegemonía del poder terrenal. Más que amigos o enemigos son los intereses, y sus consecuentes movimientos tectónicos, los que trazan rumbos para establecer la hegemonía. Son esos intereses por los que se mata, se conspira y se llegan a resoluciones de tierra arrasada para imponerse. Para establecer sus voluntades y apetencias en el llamado orden mundial.
El valor y la determinación son imprescindibles. El asesinato del líder de al Qaeda Ayman al-Zawahiri en Afganistán, junto a la llegada desafiante a Taiwán de la presidente de la cámara de representantes Nancy Pelosi son símbolo. Acciones contundentes en el tablero del ajedrez mundial. En el juego del poder, en la lucha por el dominio y control hay momentos donde responder ante el desafío es impostergable. El arrojo, necesidad para establecer la voluntad onírica de luchar o perecer. Todo o nada con todas sus fuerzas, recursos y narrativa histórica para invocar la inminente lucha entre el bien y el mal. Entre democracia o autocracia para el mundo. Cuestionamientos nos invaden al observar el panorama. Quien es el bien o el mal. Cual bando imperial o aspirante posee la verdad. Cual de estos dioses terrenales no tiene la eterna dualidad. Luces y sombras de toda empresa tocada por manos humanas. Que hay detrás hasta de Dios, como plantea la gnosis, para siempre ser como especie humana los bufones del tiempo y el terror. Sólo la esperanza de plenitud en el pléroma que nos empuja a persistir.
La paz tiene precio ya. Importante el momento donde habrá elecciones de medio término en el coloso del norte. Y en la milenaria China ocurrirá próximamente el congreso del partido comunista chino. Politburó poderoso, donde los desafíos y pugnas internas son más las que no se ven que las que se ven. La inflación fruto de los tiempos, que tanto golpea a las democracias, junto a los enormes retos del presidente Joe Biden con un país enormemente dividido entre dos relatos sociales. Xi Xinping con muchos retos para su poder hegemónico. El descenso en el crecimiento económico chino, los costes por cierres. Su aún alta dependencia de sus exportaciones, y por ende del consumo de su producción por Occidente. Sus enormes desigualdades con pobreza. La posible explosión de la crisis China inmobiliaria y como consecuencia bancaria de gran envergadura. No todo brilla ni es olimpo en el devenir de los imperios. Retrato de las actuales relaciones Sino-Norteamericanas.
Con la valiente visita de Nancy Pelosi a Taiwán, Estados Unidos atraviesa la linea colocada con vehemencia por el premier Chino. La presidente de Taiwán Tsai Ing-Wen afirmó en presencia de la Pelosi: "Defenderemos nuestra soberanía". Lo que ha sucedido en Hong Kong advierte el derrotero a la democracia de los prósperos descendientes del General Chiang Kai-shek. Un portavoz de la cancillería China Hua Chunying declaró: " Las medidas de China serán las que tengan que ser y tendrán naturaleza contundente y efectiva". Poco tiempo después un portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre manifestó en rueda de prensa: "Sabíamos que China se iba a comportar de esta manera, vamos a estar vigilantes, trataremos con lo que Pekín elija hacer".
Mientras, China tomó ya represalias económicas, ha bloqueado la importación de cítricos y pescado de Taiwan. Algo débil y hasta temeroso ante la verdad. Solo el año pasado el comercio bilateral China-Taiwán aumentó 26%, con la friolera suma de 328,300 millones de dólares. Taiwán fábrica más del 20% de los microchips del mundo, y más del 90% de los microchips de alto valor. Componente hoy estratégico e imprescindible para toda la industria electrónica y la poderosa industria automotriz mundial. La China continental tiene una alta dependencia de la isla Formosa, tanto de alta tecnología como de flujo de capitales. La economía global no puede funcionar sin los chips fabricados en la pequeña isla de Taiwán. Pensar que la visita de Pelosi es un hecho aislado. Motu proprio sin el consentimiento de Biden junto al stablishment norteamericano y todo Occidente es iluso. Alea iacta est.
Hoy en la mañana China, inventor de la pólvora, lanza dardos de fuego llenos de furia con temor por todo el mar de China. Un nuevo orden mundial que se aproxima a su fase final. La triste posible e indeseada confrontación planetaria. Los intereses, junto a los egos insuflados que nublan la razón y destierran la prudencia. La historia nos recrea más o menos el acontecer de estas luchas entre gigantes y sus nefastas consecuencias. Hoy, con el irremediable sabor escalofriante al Juicio Final. Con el aroma destructor de aquél dedo acusador de los frescos de Miguel Ángel en la capilla Sixtina. Aquí en el Caribe, que mal podemos que endosar desde nuestra intrascendencia, las sórdidas directrices imperiales norteamericanas. Rimar como tiernas ovejas junto a nuestro jefe de estado. Con tufo a patio trasero, invocando al macizo sabor a naranjos de nuestra adorada y protectora Tatica. Ruega por nosotros.