In Reflexión

A 30 AÑOS DEL 1994

Ciego visual, era un orfebre para desentrañar los fluidos y vericuetos del alma humana. Sus detractores, que enarbolaban banderas éticas y daban cátedra de como comportarse en la silla de alfileres, terminaron todos rendidos a sus seducciones o practicando lo contrario de sus prédicas en su quehacer o paso en alguna función pública.

Amado u odiado. El gran gladiador indiscutible de la arena política nacional en todo el siglo XX, enfrentaba a todos juntos como malandrines o, uno a uno como caballeros. Tras iniciar la implementación de la Pax Americana en 1966, exigencia de los amos imperiales, en un país dividido entre una mayoría de vencedores y una minoría de vencidos, fue el artífice del progreso y de iniciar la construcción democrática posible. Sin los tumbos y polémicas del 1962, carente del pragmatismo del verdadero arte de lo posible. Excesos indudables, manejo de guardias incontrolables como remanentes del trujillismo desde un arte de gobernar que se nutre de realidades. Sin Suizos y arando con los bueyes disponibles, construía sin préstamos por toda la nación y sustentaba la creación de la clase media nacional.

Nueva vez en la silla de alfileres. Por esos desmanes bizarros de los llamados gobiernos liberales y, esas rencillas de tigueraje de naturaleza perredeista, vuelve al poder en 1986. A poner orden en la casa. A proseguir los indudables aportes democráticos de don Antonio y enderezar los entuertos del más nefasto gobierno de la transición democrática de "mano limpia".

En la Asamblea Nacional con Imbert detrás, pronuncia cada palabra de sus intenciones y plan de acción para gobernar. Como capitán de acción, siempre los hechos más que las palabras. Pragmático, zorro político y sicólogo social de altos vuelos, tenía tomada la temperatura del rumbo de los nuevos tiempos. En 1988 visita al presidente Reagan. La caída del muro del Berlín y, el surgimiento de un mundo unipolar hegemónico. El nuevo rumbo de la economía global con la posibilidad de los servicios, más allá de los tradicionales mercados del postre con las exportaciones de azúcar, café y cacao.

Su visita estratégica como Jefe de Estado a Washington con el presidente Reagan, era un enorme paso a su clara visión del destino nacional. Viaja en vuelo comercial con su ejemplar frugalidad habitual. Al llegar a Miami, el presidente Ronald Reagan lo manda a buscar en el Air Force One. Ya en la Casa Blanca Reagan le da la bienvenida con cálidas palabras: El presidente Balaguer ha sido una fuerza impulsora, en todo el desarrollo democrático de su país. En 1966 llevó el retorno de la democracia a la República Dominicana después de años de una incertidumbre política y agitación.

El plan Reagan para la cuenca del Caribe. Disciplina presupuestaria. Las reformas para la apertura a la Globalización y , abrir nuestra economía a las inversiones necesarias en sintonía con el nuevo orden mundial. Atrás la sustitución de importaciones, para dar paso a un nuevo sistema posible de economía de mercado. Fue el mismo Cortesano de la Era, impregnado de pragmatismo y novedad de los tiempos, el protagonista de las reformas que nos acompañan hasta el desarrollo nacional de nuestros tiempos, 30 años después.

Scott y su Dardo de los Partos como deseo imperial. La patriótica negativa del presidente Balaguer para tener campos de refugiados de haitianos en nuestro territorio, que marchaban en estampida en yolas a los Estados Unidos. El resentido enemigo nacional Aristide. Raoul Cédras y la verdadera posibilidad de instaurar la democracia en Haití. Frontera y combustibles. El pique imperial, junto a su cortedad de miras diplomáticas ante la realidad de dos naciones y dos culturas en la Hispaniola. El intercambio de cartas entre el tosco Pastorino y el necesario López Rodríguez. La Hrinak bailando la Mariposa, entre cócteles y el ruido de empresarios y políticos.

El embajador John Graham con las mejores formas canadienses, pero su certeza de primer mundo para trazar pautas y cristalizar los planes acomodaticios a los intereses imperiales. Dos años usted y dos yo. La posibilidad en la ruptura del orden democrático. El vencedor, impoluto que se vanaglorió de poner a esperar al doctor en la biblioteca. Enfermo, con conciencia de no poder sobrevivir al posible mandato. Repleto de todas esas contradicciones y conjuntos de intereses de macos con cacatas que era el PRD. Junto a la cabeza de aquel líder mesiánico de acuerdos imposibles y la gloria de la Internacional Socialista. Que azuzó la revuelta de Abril, para luego esconderse debajo de una cama sin tirar un tiro. El que su propio gobierno de Guzmán le impidió ir al Palacio Nacional.

Ante la crisis el estadista se mueve. Acepta los cambios. Recorte de dos años y nuevas elecciones sin poder participar. Se hace parte de la reforma constitucional. Coloca el techo del 50% para ganar en primera vuelta. Intuye lo que considera es el camino a tomar para la continuidad del desarrollo nacional tras las reformas. Sentía los vientos altos del avión a 22,000 pies de altura.

Suena, como una gota en la piedra, el himno nacional por ley a las 12 en todas las emisoras. La clarividencia de la realidad política de una segunda vuelta. El frente patriótico y, el consecuente camino malo cerrado. Cerrado a la demagogia y la maldad. Sin perfección. La historia nos muestra los resultados del plan maestro delineado por nuestro más dilatado Jefe de Estado de todo el siglo XX. Lleno de errores quizás, con sus indudables apetencias adictivas al poder, no dejó de primar su ego histórico en su accionar de vida pública.

Los mismos que lo vilipendiaban, lo declararon padre de la democracia. Sus pesadillas de la isla al revés las combatió. Fue constante y coherente, dentro de aquél sabio mar de enigmas que envolvió su poderosa personalidad. El hombre necesario para la realidad nacional. Animal político de los pies a la cabeza. Alumno ejemplar de Maquiavelo, padre de las ciencias políticas, en estos trópicos encantados. Destinista y, oportunista consumado. Gobernó décadas junto al bien y junto al mal tan despiadadamente humano. Tras el balance sosegado del tiempo, la historia lo absolverá.

Share Tweet Pin It
Previous PostFIN EN MANZANILLO
Next PostMIEDO CONTEMPORÁNEO

No Comments

Leave a Reply