Fue el economista Milton Friedman quien acuño en el siglo pasado la frase de que la inflación era siempre y en todo momento un fenómeno monetario. Lo recordé temprano al leer al anterior Zaqueo, recaudador de impuestos, en la prensa nacional. La imprenta del Dólar ha estado muy activa en pro de la expansión monetaria. Y probablemente es lo correcto. Se siente en los ajustes de la economía global cuando vemos la depreciación del Dólar norteamericano respecto a otras monedas fuertes de países y zonas industrializadas como China y la zona Euro.
Pandemia con inflación. Ya la crisis global fruto del Covid-19 enseñorea sus secuelas. China, donde surgió el virus fue la primera economía en arrancar. Y lo ha hecho con fuerza en su voracidad y apetito por todo tipo de compras de comodities global. Esto sumado a la fuerte apreciación del Yuan, un 20 %, ha encarecido todos los precios de las exportaciones Chinas. Dependiendo de la materia prima existen sectores de hasta 35% de alzas de precios. Esto sumado a la estrepitosa alza del valor de los fletes desde China que llevan un tiempo con precios récords – fruto de la escasez de espacios, furgones y astucia de los oligopólios marítimos- de hasta USD$10,000.00 por contenedor. Lo cual representa una porción muy alta en muchas mercaderías en sus estructuras de costos. Pensar en la reposición de inventarios es vida o muerte en tiempos de inflación. Suele ser cruel el resultado para el agente económico no lo hace.
Si sumamos a esto la realidad de los costos nacionales es fuerte. Bien sabemos que Aduanas cobra los aranceles de la suma del valor FOB más seguro y flete. Y de la suma de este total el ITBIS. Hasta el arancel y seguro paga ITBIS. Es pues que lo inflacionario aquí es permanente desde el origen; el ogro opresor. A pesar de la depreciación mundial del Dólar norteamericano en RD la relación peso Dólar esta casi igual, y por ello damos gracias a los dioses. Hoy para transfer está entre los 58.10 x 1. Un descenso del 1% respecto hace 60 días. Insignificante para fines de costos. Nuestra triste realidad en cuanto a lo global es que somos simples tomadores de precios internacionales. No tenemos ningún tipo de poder e incidencia en estos grandes temas solo para las grandes naciones ricas y poderosas. Lo fuerte es que además suceda con cambio de gobierno y partido, lo cual erosiona de manera veloz la popularidad de lo novedoso. El PRD hoy PRM siempre le toca este Karma. Como siempre hacen bulla sus desvaríos internos y luchas intestinas. Albuquerque y su entrén to, el cónsul en New York que nombra a su hermano lo demuestran. No hablemos del regalo de 100 millones del erario hecho por el hijo del político populista aquél. Sin consecuencias por supuesto.
Decía el primer sociólogo dominicano Pedro Francisco Bonó respecto a nosotros como conglomerado:" Los dominicanos piensan y actúan bien individualmente, pero cuando se agrupan piensan y actúan mal." Cuanta verdad. En general aquí cada cual jala para su lado y sálvese quien pueda. Lo cierto es que circunstancias como la pandemia nos colocan en la necesidad apremiante de que el estado piense más que nunca en todos. A las puertas de una necesaria reforma fiscal habrá de poner sobre la mesa las iniquidades y privilegios de sectores, exenciones y otras diabluras, que se pasan la vida chupando la teta nacional. Las tasas son bastante altas, como baja la recaudación respecto al PIB. Como alta la tasa oculta de lo que cada ciudadano debe resolver por su cuenta que debería resolver el estado. La carrera de empréstitos, necesaria dada los tiempos, nos obligará hacer lo que no pudimos hacer en la bonanza. Detalle que resalta en el concepto de orden entre civilización o barbarie.
A propósito de Friedman, siempre recordamos los resultados de las tontas intervenciones del estado en el mercado. Ante las actuales alzas de los productos de la canasta básica por supuesto el estado debe observar y ser parte de soluciones para las capas desposeídas. Pero jamás desde la intervención del mercado. El recuerdo trunco de viejas administraciones perredeistas están ahí para ver lo nefasto de los resultados. Esa participación estatal debe ser quirúrgica, focalizada a las reales y necesarias masas populares. Lo otro es mar revuelto para vagabunderías y negocios políticos que nunca llegan donde deben llegar. Tiempos de verdaderos timoneles, tiempos de sabios jefes de estado. La realidad desde Mayo 2020 para acá es un 35% de perdida en el poder de compra. El mejor termómetro es el supermercado. Muchas variables, muchos intereses y vidas humanas en medio de esta gigante crisis sanitaria como la pandemia por el Covid-19. Virgen de la Altagracia!. Tatica: protégenos desde tú manto misericordioso con aroma a naranjo.