Frotado de una humedad de alegría,
sembraba voces de esperanza por todo su ser.
Bosques de encanto y lluvia de estrellas,
bruma densa con sabor a crema pastelera.
Voz de aliento vital como fluir de los ríos,
voces de poder en las escarpadas montañas.
Manantiales cristalinos saciaban su sed,
toques de corneta acaramelados con yerbas del paraíso,
olor a tierra y espumas de la deidad celestial.
Autopista del reino con 32cm de la mente al corazón,
ayurveda místico; resorte unificador del cuerpo, mente y espíritu,
vena porosa de hoyos negros con sabor a totalidad,
extraña conexión a la verdad, inmutable e exquisita.
No llegó; lo trajeron,
perderse para encontrarse, perdonarse para perdonar.
Paradoja la coraza del aliento vital,
brizna leve con suavidad aterciopelada,
manjar de dioses: amor y eternidad.