El ser social es lo que determina su conciencia planteó Karl Marx. La historia como disciplina que estudia y expone, bajo el rigor científico y la crítica, los acontecimientos y hechos que pertenecen al pasado y que constituyen el desarrollo de la sociedad nos ubica y ayuda a repensar los porqué y el como de nuestra actual realidad. Antes y después del 27 Febrero, magistral obra del Dr. Roberto Cassá, ha sido una agradable lectura en este mes de la patria. Desde este clima nauseabundo de mancha morada, donde la falta institucional y la relatividad de las leyes y el orden, proyectada desde la maligna concentración de poder absoluto, parte desde las voces de mando del solio de la primera magistratura, con el ser o no ser de una reelección maldita y tácitamente prohibida después de dos mandatos, como ha sido maldito el continuismo en el poder en toda nuestra historia al interés general. El Dr. Cassá en esta obra, pone sobre el tapete una nueva visión de los acontecimientos de la independencia y la restauración enfrentando posiciones de viejos historiadores, con el rigor científico que le caracteriza y sus certeros análisis desde la óptica del materialismo histórico, narra en un antes y después, la correlación de fuerzas de las pocas clases dominantes, burócratas y propietarios de los pocos medios de producción, con las autoridades invasoras haitianas insuflando mas de dos décadas de dominación e intento de destierro de nuestra cultura. Vuelve sobre la figura de Duarte, el prócer, y afirma su preponderancia junto a su pensamiento liberal por encima de todos los otros sujetos, que si bien jugaron roles importantes en la gesta del 27 de Febrero, no estuvieron a su altura. Con gran destreza retoma el extraño e único caso mundial de los tres padres de la patria, y demuestra a partir de nuevas fuentes primarias, que la formulación de esa trilogía fue el producto de una manipulación y un acuerdo consagrado por el presidente Ulises Heureaux, fruto de la falta de rigor intelectual del príncipe de las letras Manuel de Jesús Galván y otros con poder e influencia sobre Lilís, para zanjar disputas entre los historiadores de la época. Según Cassá, esa trilogía no corresponde a la verdad, y solo se sostuvo como un mito. Tal como apunta el reputado historiador, no existen tres padres de la patria, sino uno solo: Juan Pablo Duarte. Cassá proyecta a Duarte por su función fundadora y su capacidad de impregnar el ánimo con respecto a nuestra independencia, cabeza principal del pensamiento liberal en clara oposición a los Bobadilla, Santana, Del Monte, Caminero y Báez. El pensamiento Duartiano, afirma Cassá, descansa en: Autodeterminación nacional, que implicaba la soberanía popular; democracia política, que se concretaba en la constitución, el poder de las leyes y en la separación de los poderes del estado; y democracia social, la cual se sustentaba en el mestizaje como figura unitaria del pueblo dominicano, sin discriminación racial en el disfrute del estado de derechos. Tal como señaló Juan Bosch, podemos apreciar en este gran libro, la inconclusa obra del patricio Juan Pablo Duarte y Díez aún en pleno 2018 del siglo XXI, en el desarrollo y rumbo del pueblo dominicano.