A nadie le importa
71 muertos en dos semanas
asesinados como bestias salvajes.
Queman niños y violan mujeres,
violencia que trae violencia con Bwa kale.
A nadie le importa
Kenia dá el paso de la lejana África,
tambores lloran con magia
los gritos contradictorios de Louverture.
A nadie le importa
3,500 víctimas de violencia en seis meses,
secuestros, linchamientos y abuso sexual
llamas de un infierno, en el corazón del Caribe.
A nadie le importa
destrucción que arrasa
instintos salvajes desbocados,
el caos y la opresión de la barbarie.
A nadie le importa
los cinco ricos ajenos,
duros de alma y maldecidos por aquél oscuro poder,
sucios con la majestad hedionda de caminar sobre miseria.
A nadie le importa
Caribe frontera imperial,
desdén por el patio como símbolo de decadencia,
brújula opaca humedecida con fentanilo Chino.
A nadie le importa
pesadilla de clímax apocalíptico
como fin de los tiempos,
El enjambre digital secuestrado,
sin rumbo ni orden global establecido.
A nadie le importa
viejos llantos sin valor para Occidente,
el pleito por la hegemonía
establece las reales prioridades,
almas salvajes sin valor para los intereses.
A nadie le importa
odio con autodestrucción como protagonistas,
el espíritu de Makandal impera,
humo de tierra arrasada el fin último.
A nadie le importa; ven Montesinos con tú altura y cielos de moral benditos.