In Cultura

BOLOGNA

FETUCCINI AL RAGU BOLOGNESE

"La cocina es alquimia de amor."

Guy De Monpassant

Hay platos que trascienden, no pasan de moda, logran descifrar el ADN de generación en generación y persistir como irresistibles; secuestran con la elegancia de su sencillez, el aroma generoso de la unión de sabores y mezcla de sus sencillos ingredientes. El ragù cabalga años tras años y es plato emblemático de cualquier cocina italiana, embajador del fascinante mundo de la pasta.

La visita de dos amigas del alma, poetas que respiran por estos predios tropicales, nos pusieron a pensar qué cocinar a estas queridas visitantes… un pensamiento obsesivo me vociferaba Ragù, ragù… Comparto la idea con mi amada compañera, y sus sugerencias siempre llenas de profunda sabiduría nos llevan a escudriñar recetas… Siempre valoro a Epicurus, ella me lo enseñó… santuario que traza pautas, cerrajero gastronómico que abre puertas gustativas al parnaso del paladar… portador de llaves mágicas para en una humarada recibir poemas, confeccionar arte… con ese patrón y el toque personal, manos a la obra: Carne molida de primera, carne molida de ternera, zanahoria, oliva, ajo, apio, pulpa de tomate, leche, sal, pimienta, cebolla, cariño, paciencia, consomé de carne, cuchara de madera… amor y hambre… fuego lento como las abuelas… el chuclunar de las burbujas de una salsa posada, remeneada, acariciada por el trajinar de una cuchara permanente, el sentimiento de un alma deseosa de crear arte empujando la cuchara con afecto… Con deseos de disfrutar de ese momento, la consumación de ese primer tenedor inundando el paladar con un pedazo de bologna, aquí, en el Caribe, frontera imperial…

Para preparar y engalanar la entrada, un queso asiago fundido en cacerola de barro con un sofrito de ajo, perejil y hongos portobello, junto a una barra campesina tostada y complaciente, abrieron las puertas, entonaron el mágico sonido de las trompetas para dar paso al Ragù… Un denso y cremoso flan de coco dio el toque tropical, la fotografía de una isla con palmeras de coco, la extasiada relajación de una mesa satisfecha, colmada de gozo y placer…

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