In Reflexión

CARTA A MÍSTER BLINKEN

Bienvenido a la isla Hispaniola,
Hermosos cocotales, buenas playas con aroma a cacao y tabaco le reciben. Será usted visitante distinguido en estas paradisíacas tierras colocadas en el mismo trayecto del sol. Dada la trascendencia de su cargo, Canciller de la mayor potencia global, su visita genera amplias expectativas y conjeturas en este Caribe frontera imperial. Nos preguntamos porqué no vino usted a la reciente toma de posesión el 16 de Agosto. Ya había venido el Secretario de Estado Pompeo, tras su imperial llamada, a la primera jura de nuestro Jefe de Estado. Por cierto en aquellos tiempos teníamos relaciones con rango de Embajador en la persona de la Bernstein.

Coincidiendo que su visita incluye las dos naciones y primero va usted a Puerto Príncipe, le recuerdo que las nuevas autoridades haitianas también fueron invitadas a la jura dominicana. Pero, el nuevo Gobierno haitiano como todos los anteriores, optaron por la continuidad de su diplomacia de desdén y mala vecindad. Síntoma eterno de sus clases dominantes y políticos de turno para con la República Dominicana, más no necesariamente de su pueblo. El nuevo gobierno haitiano rechazó la invitación con argumentos pueriles, dando continuidad al eterno oscuro sentimiento para con sus vecinos dominicanos. Lamentable, ya que hubiese sido un detalle verdadero de cambio con los legítimos deseos de refundar aquél conglomerado humano llamado Haití.

La Canciller Dupuy fue portavoz de la inmutabilidad del alma del pobre liderazgo haitiano, que nunca ha permitido trascender a su pueblo hacia estadios de desarrollo. Un nuevo gobierno junto a la invasión de los kenianos, en medio de la más devastadora disolución en curso de Haití. Bien pudiese haber sido el inicio de una nueva visión. Una nueva política exterior, sobre todo para con sus vecinos y mayor socio comercial. Único verdadero aliado en los momentos de desastres trascendentales como el terrible terremoto del 2010. Su interés señor Secretario de Estado norteamericano por Haití nos agrada. El desarrollo de nuestro vecino pueblo de Haití es una razón de estado para los dominicanos. Usted como graduado en las prestigiosas universidades de Harvard y Columbia, habrá de saber toda la historia y la geopolítica de estos dos pueblos tan disímiles y contrapuestos, pero unidos en está isla por los conflictos de los otrora imperios europeos.

La política migratoria dominicana no es perfecta. Nuestra adicción por la mano de obra haitiana es real. Nuestras dependencias no son sanas en sus mayorías. Son atraso y piedra de choque para nuestro verdadero desarrollo. Mejorar siempre es posible. Racismo aquí no existe, a diferencia de su país. Por supuesto que siempre existe la posibilidad de mejoría a los derechos humanos, a las condiciones del trabajador. Nuestra porosa frontera pudiese ser más organizada. Nuestros intercambios comerciales más institucionales. La posibilidad de sinergias binacionales con visión global pudiesen ser realidad sin atisbo ni complejos. Que le dirán en su próxima visita la élite haitiana no lo sabemos, pero nos lo imaginamos. Que hablará con nuestro Jefe de Estado tampoco es de nuestro dominio. Si deseamos, en lo que respecta a Haití, nuestro Presidente le reafirme a usted en privado lo que viene afirmando ya hace años en todos los foros internacionales.

Respecto a nosotros en RD, le queremos afirmar que somos Occidente. No hay duda alguna de ello, aún nos sentemos en asientos de turistas. Somos uno de sus mayores aliados en todo el hemisferio. Somos miembros de corazón de nuestra imperfecta órbita de democracias occidentales. Una y otra vez hemos demostrado nuestra buena voluntad en la alianza. Gobierno tras gobierno, con la interrupción del último de la Peste Púrpura, se ha reafirmado nuestra sociedad estratégica desde Monroe al Presidente Biden. Sabemos se hablará de Venezuela con el Presidente Abinader. Da pena la relatividad en las libertades de López Obrador, Lula y Petro. Pero bien sabe usted son fruto de la realidad geopolítica actual. China y Rusia juegan duro también en esta parte del tablero mundial.

Que usted le planteé a nuestro Jefe de Estado la posibilidad de que María Corina Machado y Edmundo González Urrutia se asilen aquí es una realidad. No puedo dejar de expresar mi tristeza ante el rumbo toma la realidad de la crisis en Venezuela. El pragmatismo de las luchas de potencias por la hegemonía está llena de hiel y desprovista de humanidad por los siglos de los siglos. Pero, nos gustaría se hablará también de semiconductores y Nearshoring. De Manzanillo y cadenas de suministros con centros logísticos para toda la costa este imperial. Conversen también de China y su nuevo papel en el actual Orden Mundial en estas latitudes.

Por favor míster Blinken pregúntele al Presidente Abinader por la nueva ola de comerciantes chinos tras el inicio de las relaciones diplomáticas China-RD. Comercio y Aduanas. Fentanilo sintético chino y la nuevas formas de lavado. Guerras comerciales y dumping estratégico. Los característicos medios de dominación de la emergente China en todos los lugares por donde despliegan su Ruta de la Seda. El bien y el mal existen como bien sabe usted señor Secretario de Estado. La realidad de un mundo multipolar emerge con fuerza sin rastros ya ni polvos del viejo caído muro de Berlín. En estos tiempos de incertidumbre y disrupción global, los aliados fieles y continúos merecen ser distinguidos. Habitar juntos, aún sea en asientos distintos, en la nave de la madre de todas las batallas como socios verdaderos. Si bien nuestras democracia con su libertad no han sido perfectas. En juego está nuestro sistema. Nuestra libertad y dignidad. Nuestros estilos de vida y creencias. Nuestro relato de libertad que tanto desarrollo ha traído a la humanidad en apenas 80 años, tras los acuerdos de Bretton Woods. Bienvenido nuevamente señor Canciller a Santo Domingo, disfrute la Ciudad Primada desde su efímero poder global.

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