Los encuentros de jefes de estado en general nos han traído pocos resultados en los últimos años. La cumbre de Las Américas no parece la excepción. La dejadez imperial por Latinoamérica es obvia versus sus aparentes prioridades hegemónicas hacia otras latitudes. La diplomacia imperial ha sido intermitente en propósitos y objetivos diplomáticos hacia la región. Por supuesto no ha sido ni será tarea fácil, para el llamado policía global, estructurar y poner en práctica una agenda geopolítica tan amplia y profundamente diversa. En definitiva siempre encontraremos valor en estos encuentros. Siempre será motivo de esperanza el diálogo, la discusión, el compartir de ideas, políticas que convoquen a planes y estrategias de desarrollo bilaterales o multilaterales entre jefes de estado. Esa posibilidad de unidad, colaborar y empujar juntos como especie es la que mayor prosperidad ha derramado a la humanidad en apenas 77 años tras Bretton Woods.
El G2 de China y Rusia preocupa. El valor actual para repensar las relaciones imperiales con Latinoamérica están matizadas por esa realidad. Una ruta de la Seda con aroma a ritmos hispanos tropicalizados. Una aspiración de potencias emergentes de rehacer un nuevo orden mundial. El escenario hegemónico tras el derrumbe del muro de Berlín hace aguas. Vientos de cambio en el mundo al son de ráfagas y tanques de guerra desde la lejana Ucrania. Mientras desde Los Ángeles la vicepresidente norteamericana Kamala Harris pone una mirada de atención a la región: "Parte de los esfuerzos de Estados Unidos en busca de reducir la migración, ha generado compromisos del sector privado equivalentes a unos 3,200 millones de dólares." Continua Kamala Harris con sus palabras:" Sabemos que el pueblo estadounidense se beneficiará de vecinos estables y prósperos. Y cuando ofrecemos oportunidades económicas a la gente en América Central, atendemos a una de las causas importantes de la migración."
Hoy estamos en un escenario de desglobalización. "Décadas de tratados, acuerdos, conexión y relaciones internacionales se están lacerando en está nueva disrupción geopolítica"; tal cual apunta el veterano economista Fernando Álvarez Bogaert. Un país como la RD que cuenta con una posición geográfica estratégica y condiciones económicas relativamente estables puede obtener enormes ventajas – desde el Nearshoring y hasta una real revolución industrial- para revitalizar nuestras relaciones con nuestro mayor socio comercial. América para los americanos con una nueva versión de una doctrina Monroe sin garrote ni menosprecio, en verdadera sociedad con sus vecinos pobres y subdesarrollados. El ojo y los pies puestos de China en la región son un aliciente. La posibilidad de ganar-ganar, como fueron los tiempos de Castro para suavizar la bota Yanqui.
Nuestro jefe de estado parte hoy a la cumbre. Ya la estratégica tríada diplomática RD-Panamá-Costa Rica, habrá de tener una agenda común en muchos de los puntos a tratar. Haití habrá de resonar en ese foro. Nueva vez nuestro presidente tendrá que estremecer la inoperante actitud imperial frente a la dantesca realidad de nuestro vecino estado fallido. La anarquía y el caos haitiano es un drama con tambores de peligro para toda la región. Tal cual puntualizó el presidente mejicano López Obrador rasgándose con sus problemas migratorios fronterizos. Por cierto la no participación del presidente AMLO como consecuencia de no haber invitado a Venezuela, Cuba y Nicaragua es un pelo en la sopa al magno evento. Mientras que: "El Banco Interamericano de Desarrollo ultima una reforma histórica con la que busca duplicar su financiación en la región de la mano del sector privado." informó este martes el presidente de la entidad, Mauricio Claver-Carone. Nos agrada mucho más que los recursos sean a la inversión y apuntalar nuestros sectores productivos privados. Así socavar la distracción y corrupción propias de nuestros gobiernos.
Tiempos apremiantes para calibrar nuestra estrategia diplomática. Enormes posibilidades en el firmamento nacional a pesar de los pesares. Lucidez y pragmatismo pues a nuestro equipo. Olfato con sagacidad para acercarnos más al coloso del Norte y apuntalar nuestros vínculos. Balaguer fue un maestro con aquellas cuotas azucareras y el plan Reagan para la Cuenca del Caribe en aquellos tiempos. Adelante señor presidente. Vamos en busca de más comercio, más zonas francas, más turismo, mayores posibilidades de exportación. Furgones y furgones de frutas y vegetales. Más empleo con mayor valor agregado y riqueza derramada. Tiempos de timoneles. Tiempos recios para jefes de estado y cancilleres con la visión de los cambios y la ambición de acariciar las letras doradas de la historia. Momento estelar para la vicepresidenta Kamala Harris. La posibilidad de sacar reposo a su hasta ahora incolora gestión. Brillar en los cielos de la trascendencia, desde el firmamento de las enormes capacidades de transformar del inmenso poder imperial.