Las guerras se sabe como empiezan pero no como terminan. Europa sufre la pesadilla de la vuelta a la guerra. Sin la paz de Westfalia. Con organismos multilaterales que han perdido su peso y prestigio, incapaces de mediar. Ausentes los estadistas. Priman los liderazgos pasajeros y endebles en Occidente. Los hombres como su tiempo light, líquido y superfluos como los influencers del espectáculo. Ucrania somos ya todo Occidente. Ucrania es Europa. Es la filosófica sociedad abierta de Karl Popper con sus valores y conquistas. Ucrania es nuestra democracia imperfecta. Ucrania es la libertad posible. El sueño acrecentado del mundo de la posguerra, de que los frutos de la paz y la cooperación planetaria es la mejor forma humana de progreso y desarrollo.
Los estados totalitarios como Rusia y China apuestan al caos, acelerado con aquél escenario de pandemia. No fue casual la invasión total de Rusia a Ucrania en una bajada de contagios y posible respiro hace un año. Con escenario de precios altos de commodities y posibilidad de bajar. Con continuidad de repercusiones en las cadenas de suministros. Fríamente calculado apuestan a derribar el mundo establecido para construir su universo de control y poder. Todo estorbo lo barren. Ahí está el triste ex premier Hu Jintao con aquél bochornoso espectáculo en el Politburó de China, en Rusia los oligarcas ex-alicates de Putin fallecidos uno detrás de otro en "trágicos" acontecimientos. Los líderes de peso de los tiempos hasta este momento han sido los de las autocracias. No son los del mundo libre como lo fueron Churchill y Roosevelt. Son el Zar Putin y el Mandarín Xi. Occidente fragmentado en conjunto y las partes. Solo hay que ver lo sucedido en las últimas votaciones para elegir el jefe de la cámara de representantes de los Estados Unidos de América.
Ya la Ucrania neutral en el orden mundial es una quimera tal como planteó Henry Kissinger. Ucrania es ya Europa. Casi todos sus ciudadanos desean ser europeos y no rusos. Anhelan el estilo de vida europeo y no el ex-soviético. Como tal debe ser ya miembro de la OTAN. Una agresión a Ucrania es a Europa. Es a todo lo que significa Occidente y su esquema planetario de la sociedad abierta. Una invasión a Ucrania es una agresión a los aliados. Al mundo establecido de la posguerra que nos ha regalado, con luces y sombras, el mayor progreso de la humanidad en apenas 75 años. Putin es Stalin con sabor a Hitler. Xi es un Mao con aroma a Kim-Jum-un. La confusión de los tiempos. El aburrimiento del progreso y las reales iniquidades en el reparto de las riquezas no deben cegarnos. Ni Putin ni Xi dan ni dicen donde hay.
Ya pasando el cuco del invierno Rusia debe ser derrotada junto a la complicidad China. Las palabras del ex comediante Volodímir Zelenski en el parlamento de Inglaterra resuenan en todas las esferas del mundo libre. La victoria cambiará el mundo decía Zelenski. Está en nuestro poder garantizar con palabras y hechos que prevalecerá el lado luminoso de la naturaleza humana sentenciaba Volodímir Zelenski. Tras ser recibido por el primer ministro Rishi Sunak habló en el parlamento y compartió con los miembros de las cámaras, para posteriormente ir a Buckingham. Allí pidió aviones al rey Carlos III. Pidió al también piloto de la real aviación alas por la libertad.
Continuando su periplo el jefe de estado de Ucrania llegó a París. En un almuerzo en el Palacio del Elíseo junto al presidente de Francia Emmanuelle Macrom y el Canciller de Alemania Olaf Scholz reforzó su visión. Derramó en la mesa lo que se está peleando en Ucrania. El futuro de Europa. El futuro de la sociedad abierta y el mundo libre. Ni más ni menos. Pidió la llegada inminente de los tanques alemanes Leopard 2. Recursos, artillería pesada para parar a los rusos, y sus botas invasoras con ínfulas imperiales.
Putin como Trump son chantajistas y marrulleros. Más que políticos o jefes de estado con ego histórico, son hombres de negocios y poder a la usanza de las mafias. A Putin no lo frena nada ya. No dará marcha atrás a menos que sea sometido, que se den las condiciones para una implosión interna. Un coup d2etat de un oligarca aún vivo. El poder de la suma de intereses en el Kremlin pisados por el Zar más fuertes que su poder omnímodo. Al igual que Xi Jinping. El Mandarín Xi ha pisado muchos callos en su camino hacía su enorme poder. El mundo debe salir adelante. Los tambores de guerra parecen ya inminentes para una conflagración mundial. Debemos pulverizar la mentira. Desterrar la oscuridad y el estandarte de su post verdad. La paz suele ser costosa. La diplomacia se agota ante el chantaje y el oportunismo de la manipulación para dar paso al arte de la guerra. Son tiempos de acción. Los tanques de guerra alemanes hoy son otros. Habrán de entrar con firmeza. Habrán de adentrarse de forma inversa en la plaza roja. Para dinamitar las entrañas del Zar, como fue dinamitado aquél búnker del Führer. Arrebatar el botón nuclear a un lumpen. Un execrable producto humano de la guerra fría. Jugando como un niño lleno de carencias y heridas de infancia con la paz mundial.