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JAZZ EN LA FORTALEZA OZAMA

Anselmo Paulino Roncones dormía plácidamente en los brazos de Claudia Pedralles, su fiel asistente y mejor amante. Suspiraba cobijado en su confortable edredón, tras un extenuante día de prolongados dictados de sus memorias a Claudia Pedralles. Serían ya las 11:00pm cuando se dio la vuelta, reposicionó su segunda almohada en su pierna izquierda, y volcó su rostro hacia el mar Caribe.

Sueños tropicales poblaban su memoria como un corto cinematográfico. Primero, resonaban las palabras del Dr. Martin Luther King desde el Teatro Nacional. Nubes negras de estériles reformas constitucionales, cuatro años de simposios y consensos para estilizar o maquillar las reformas deseadas sin flaquezas ni prudencias estatales. Cambiar todo para que todo siga igual, era una especie de slogan en valla gigante en los sueños de Anselmo Paulino Roncones. Roncaba con inusitada fruición. Sentía en sus papilas el aroma imaginario del salitre, al chocar unas soñadas olas con los arrecifes de la costa en el Malecón.

Anselmo Paulino Roncones proseguía sus sueños plácidamente. Del hábitat de la eterna Montonera pasó al Jazz. Se soñaba en la Fortaleza Ozama junto a su amante y fiel asistente Claudia Pedralles. Un pequeño grupo de melomanos nacionales disfrutaban desde una insólita repetición, 57 años después como sueños creídos ya soñados, el concierto de Bill Evans Trío at The Montreaux Jazz Festival del 1967 en vivo. Pero, desde la emblemática Fortaleza colonial de la ciudad de Ovando. Vivir como soñar; soñaba desde íntimos monólogos Anselmo Paulino Roncones.

Sin la Sangre de Tulio Manuel Cestero. Sin la aflautada voz de mando de Chapita el cuatrero. Sin la macana ni el casco blanco del Coronel de abril, la Fortaleza Ozama rimaba junto a las delicadas notas musicales de Bill Evans, Eddie Gómez y Jack De Johnette. Una tras otra, junto al runrunar apacible del Río Ozama, sonaban: My Foolish Heart, Waltz for Debby, A Sleeping Bee, Peace Piece, I Fall In Love Too Easly, Mother of Earl, Young an Foolish, Round Midnignt y Nardis embelesaban al público conocedor como gozo de sueño celestial.

Anselmo Paulino Roncones soñaba con la impronta universal de Bill Evans en el Jazz al escucharle. Recordaba con precisión meridiana las palabras de Wikipedia, desde los sueños, sobre el legado de uno de los mayores exponentes de la música de los músicos: "Evans parte del impesionismo de Debussy y Ravel y trae al jazz una influencia de corte clásico europea, llena de lirismo, relajación e introversión. El escritor Gene Less bautizó a Bill Evans como el poeta del piano, debido a las hermosas construcciones melódicas que improvisaba, y que provenían del impresionismo musical. Aunque nació y trabajó buena parte de su vida en Nueva York, su estilo es representativo del llamado West Coast Jazz, donde músicos en su mayoría blancos de la región californiana abrieron nuevos modos de expresión al género, que hasta entonces estaba caracterizado por los conflictos raciales y económicos. Logró la integración de músicos de diferentes orígenes sociales, culturales y raciales, como Oscar Peterson, John Coltrane, Dave Brubeck o Milt Jackson, y cuya máxima expresión pudo verse en las primeras ediciones del Festival de Jazz de Newport en los años 50."

Proseguía Anselmo Paulino Roncones soñando con los juicios sobre Bill Evans de Wikipedia: "El paso de Evans por el jazz marca el nacimiento del cool, género jazzístico que sucedió al bebop y del cual fue uno de los principales representantes. El cool jazz propuso estructuras armónicas diferentes a las del bebop, más libres y menos complejas, y abrió amplias perspectivas de expresión y desarrollo al movimiento jazzístico posterior. Su histórica colaboración con Miles Davis y el grupo de músicos a su alrededor en 1958 formó parte de la redefinición del jazz como género musical, que se dio a finales de la década de los 50 y que partió de la crisis del Swing al fraccionarse las grandes orquestas de baile de los años 40 y concebirse el jazz como un género más intelectual y abstracto. A Bill Evans se le reprocha un alejamiento excesivo de las raíces africanas del jazz. Por otro lado, también se le ha atribuido cierto efecto de monotonía al considerar una audición global de su obra, debido a su apegamiento riguroso a su norma estilística. Una de sus principales aportaciones al jazz es la estructuración de tríos jazzísticos en los que el piano mantiene un profundo diálogo con la batería y el bajo, dentro de la norma de improvisación sobre líneas melódicas comunes."

El cielo estrellado en contubernio con las sublimes notas musicales, era un clímax de gozo espiritual. Un Evans, Gómez y De Johnette eran un sueño dorado con sus interpretaciones. Anselmo Paulino Roncones y Claudia Pedralles se deleitaban sentados junto a sorbos de Coca Cola y, un suculento Chimichurri dominicano. Chimis hechos con amor con butifarras de Nelo’s, en un curioso soñado Foodtruck estacionado en el mero medio de los históricos muros del más viejo fuerte del Nuevo Mundo. Como deidades. Privilegiados visitantes del altar mayor del Olimpo de la música, Anselmo y Claudia saboreaban omnipresencia como bocanadas de buen arte. Soñaban pura grandeza, desde la ciudad Primada de América.

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