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LA CAPRICHOSA PONTY

Un clásico. Fusión de colores con el espíritu de Nápoles en cada bocado. Crocancia, textura, multiplicidad de olores, y la potencia de un conjunto de sabores en comunión celestial. Si bien fueron varias pita pizzas aquella noche: la de ajo y perejil, la de jamón con maíz y dos Margaritas. Fue la caprichosa Ponty la estrella del parnaso gastronómico aquella noche. El silencio, el gesto de felicidad plena en cada bocado de los hijos de Jacques le Bon, segregaron emociones místicas con sabor al Olimpo. El poder de lo simple. Escoger buenos ingredientes, y la ternura de las manos frotadas de amor al hacer las sencillas pitta pizzas caseras.

INGREDIENTES LA CAPRICHOSA PONTY

Pan pita de La Libanesa grande, passata de tomate Cirio/Mutti, hojas de albahaca, sal, azúcar, orégano, una bola mozzarella fresca Galbani, parmesano reggiano, aceite de oliva virgen extra, lonjas prosciutto di Parma, rúcula y vinagre balsámico glazé.

LA SALSA DE MÚSICA LIGERA

Más o menos la mitad de un pote de passata, agregamos sal al gusto y mezclamos. Luego añadimos una media cuchara de azúcar, chorro de oliva y 7 hojas de olorosas albahacas. Batimos y mezclamos bien todo con ternura. Esta cantidad de salsa da para cinco pita pizzas.

EL PROCESO LA CAPRICHOSA PONTY

Puesto en plato el pan pita grande la Libanesa. Derramamos 4 cucharadas soperas de la salsa. La esparcimos con cariño por toda la circunferencia. Agregamos la bola de mozzarella fresca en grumos de pellizcos redondos y estirados por toda la pita. Le guayamos por encima parmeggiano reggiano generosamente. Colocamos delicadamente varias hojas más de albahaca fresca por toda la pizza, toque de orégano y un buen chorro de olio de oliva por encima desplegado. La colocamos en el horno, veinte minutos antes encendido a 180 grados, unos 15 minutos. Hasta dorar bien por debajo y los bordes, y todo sea crocancia en esa delgada y delicada masa del Levante. Lista, la dejamos reposar par de minutos. Luego vamos con la parte final de la Caprichosa Ponty: cortamos y colocamos por toda la pizza en tirillas el prosciutto di Parma, y la rúcula. Lascas finas, casi transparentes, de parmeggiano reggiano esparcidas por toda la circunferencia. Otro chorro swin swan de oliva y un dibujo surrealista de líneas de vinagre balsámico glazé para coronar. Finalmente cortamos la pizza en triángulos con el cortador.

Fácil y, simplemente irresistible. La Caprichosa Ponty, que os aproveche.

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