Adiós útero seguro
baúl de recuerdos y secretos.
Jaula de sueños
guarida de misterios y anhelos.
Allí nací
allí crecí
allí lloré y reí.
Cerca
el Palacio
el parque Independencia
y el otrora PRD.
A pasos de Nevada y Goyita,
a dos cuadras de Cremita,
15 o 20 minutos de los Imperiales a pie.
Cerca del cine Triple y el Élite en la Pasteur
La Mochila Azul en el Independencia,
los chimis en la presidente Vicini,
El Eugenio con sabor a salitre.
El Mario y el Cantábrico
el Vesuvio y su carrito de antipastos,
Sorrento y La Margarita.
La Enrique Henríquez
6 habitaciones y dos cocinas
mis queridos padres
mis queridas hermanas
y mis queridos abuelos.
La Enrique Henríquez
fusión gastronómica asturiana, gallega, puertorriqueña
y dominicana.
El camión de leche Rica
la alegría o palitos de coco,
pastelitos Rafelito o turcos Mary.
La Enrique Henríquez
el zumbido del amolador
la humarada del pirograbado,
los conchos de la Bolívar,
el silbido del billetero.
La Enrique Henríquez
aguas de un río que no vuelve,
mole espiritual de concreto
que llevas un pedazo de mí,
la alcancía de mis innumerables
recuerdos grabados en los techos
de mi habitación.
La Enrique Henríquez
mis miedos
mis más caros anhelos,
mis sueños respirados en tus paredes,
me viste crecer y resistir con rebeldía.
La Enrique Henríquez
ayer judeocristiana junto a Tatica
hoy sus nuevos dueños con el recitar de los Vedas,
y cánticos de Krishnas tropicales.