In Reflexión

LEY 50-88

La adicción es una enfermedad no un crimen. El alcohol es una droga, pero legal. Los fármacos son potentes muchos y altamente adictivos. Escudado el consumo de muchos en recetas como licencia para matar. Un entramado detrás de una poderosa industria que mueve miles de millones de dólares. Las cárceles y tribunales preñados de enfermos-adictos donde se les condena de por vida por hechos sin evaluar las causas y los porqué del flagelo.
Creo en la legalización. Veo este tema como parte de la necesaria agenda global. Como el tema de la renta global, y la inteligencia artificial. Los organismos internacionales como la ONU, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional anclados en la post-guerra y Bretton Woods; requieren trascender sus burocracias parasitarias. Adecuarse a las necesidades y los nuevos retos de los tiempos y la humanidad. Promover un consenso al estilo Washington en los grandes temas del siglo XXI. Instituciones con tanto espíritu global como la Unión Europea deben levantarse, ser ejemplo de civilización, enseñorear sus músculos, liderar y empujar la agenda necesaria del mundo libre y desarrollado.
La adicción es un tema de salud publica en todo el mundo desarrollado. El hombre como la medida de todas las cosas sigue siendo un parámetro para medir la civilización de los pueblos. Sus instituciones, más que el PIB y la fotografía repleta de varilla y cemento mide el avance u la barbarie de las sociedades. El enfoque de promover la recuperación. Crear estructuras impositivas globales para con esos recursos ir a las entrañas del problema. Educar, fomentar elevar conciencia para entender el daño. Y más porqué es tan apetecible la caída, el llamado de la oscuridad y la búsqueda de llenar vacíos para el adicto.

Probablemente RD no este lista para legalizar. No tenemos la conciencia colectiva ni las instituciones para ello.  Pero ignorar la obsolescencia de esta ley es aberrante y criminal. Mucha extorsión y papeleta corre en el entramado represivo que ejecuta el poder. Miles de vidas tiradas por el inodoro. Almas repletas de sueños y humanos deseos terminan en el estiércol de nuestras cárceles. Llegan muchos como adictos. Salen como delincuentes. Sobrevivientes de un sistema penitenciario cruel y repleto de dramas dantescos.
Un híbrido seria buen escenario, pasos de evolución y empezar a dejar atrás la barbarie. Un cambio esencial de enfoque legal. Ver esencialmente el tema como lo que es; de salud pública. Tal cual lo ven las sociedades abiertas y desarrolladas. RD a dado grandes pasos. Tenemos programas de recuperación que son modelos para la región. En los segmentos de mayores ingresos y accesos a la información, que por supuesto no se le aplica la ley, a ido cambiando la posición sobre el tema. Mas por necesidad y el propio sufrimiento, que por evolución.

Creo en legalizar y organismos globales legislando, fiscalizando. Dando fe de la eterna posibilidad de nuestro libre albedrío. Brindando la información necesaria a la conciencia. Mostrando la fotografía de las consecuencias y el salto al vacío de este mundo cruel y repleto de deshonestidad. Cultivando en procura de la grandeza del alma humana. Que no necesita trastocar su psique para conocer la paz y la serenidad. Acariciar las nubes del paraíso del amor y la felicidad. Dando luz al vacío de las drogas y el consumo. Promoviendo la trascendencia, la espiritualidad, el autoconocimiento.

El consumo es consecuencia, punta del iceberg. Las causas están en la profundidad del ser. En la sed y lo potable de la alegría de vivir si se nos enseña a trabajar por ella en el esfuerzo y la amorosa búsqueda de propósitos como razón de vida.

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