Generación tras generación con esta lucha perdida. Década tras década reafirmando los axiomas para el pesimismo dominicano. Nuestra incapacidad de trascender, de transitar sus "líderes" las esferas del poder, sin usufructuar el tesoro nacional para provecho personal. Bonó , López , Lugo , Moscoso Puello , Peña Batlle , Balaguer recordándonos época tras épocas, esa incapacidad , la fragilidad imperiosa en el ADN criollo de tomar lo ajeno. La montonera existencial en la conciencia nacional, de la vaca nacional como botín , como oportunidad dorada para subir la escalera, explayarse en una bonanza mal habida, como hamaca emocional a disfrutar la vida, a conjugar todo el hedonismo legado por Epicuro de Samos, en estos trópicos encantados. Ortega, con 48 años representa una nueva generación, el turno al bate de la posible nueva república , la hermosa posibilidad de trazar una raya de Pizarro al pasado, de construir en el alma nacional un nuevo puerto, nuevas naves, con nuevos rumbos. Educado en Salamanca y París; cultivado en el seno de la heroica provincia hermanas Mirabal. Este joven abogado, juez con buena carrera y hoja de servicio, tiene en sus manos la hermosa posibilidad de un antes y después; en su balanza el futuro moral de las generaciones venideras. La posibilidad de engrandecer la patria y trascender la mancha onerosa de la corrupción y la impunidad desde 1844. Cabeza fría, ego histórico y propósito divino. Tiempos difíciles, propicios para derramar el espíritu del prócer de la patria; quien todo lo ofrendó por la justicia, la libertad y la verdadera democracia. Adelante Ortega; al lomo de tu Rocinante , con la sed de justicia y vuestra alma esparcida por los cielos nacionales. Allea jacta est !.