Como cura del deseo ante una realidad devastadora. Jacques le Bon, con las lluvias de Franklin, vivía un déjà vu con efectos de realidad y, la resistencia de lo real desde la máquina del tiempo. Los recuerdos de su niñez, con el poderoso paso del huracán David, eran imborrables imágenes en su cerebro. Jacques le Bon sentía como suyas, aquellas palabras de Gabriel García Márquez: la vida no es lo que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.
Con el cerebro a millón con posibles ficciones, en palabras de Roland Barthes, Jacques le Bon a David deseaba olvidarlo, y …