Como bomba de tiempo la anarquía y el caos crece en nuestro vecino estado fallido. No valen cartas al secretario Blinken de senadores de ambos partidos imperiales para provocar atención al policía global. La salida de Afganistán y la dinámica del líder de occidente en la actual guerra en Ucrania son hechos que hablan por si mismos.
El reciente secuestro de un funcionario diplomático dominicano experto agrícola, de nuestra embajada en Puerto Príncipe, produce terror. El cierre del Liceo Francés, la salida del personal de la embajada francesa en la capital haitiana son contundentes realidades del hoy haitiano. Tierra de nadie. Ni siquiera el actual "presidente" ni funcionarios se atreven salir a las calles. Las bandas mafiosas criminales tienen el control absoluto. La vida no vale nada. Sin ningún ya vestigio de civilización, el orden imperante es la selva y el más fuerte en su hábitat.
Retornó al poder real la esencia de aquél conglomerado humano. Igual que su sangrienta independencia. Con los mismos ánimos viscerales de las hordas de Dessalines en su paso por tierras dominicanas el odio animal y la barbarie impera en sus corazones como Makandales. Como tapa al pomo varios camioneros y hasta un autobús de transporte de una empresa dominicana han sido secuestrados junto a sus pasajeros. Sólo, como un diminuto punto en una página nuestro jefe de estado denuncia la situación en los foros globales. La realidad del mundo actual. Las luchas por un nuevo orden global. las consecuencias económicas primero de la pandemia y ahora de la guerra monopolizan la prensa mundial. La inflación y los intereses. La posible crisis alimentaria centran la atención de todos los estados en sus asuntos domésticos. El populismo y el desorden surcan los firmamentos como fantasmas.
La tríada geopolítica RD, Costa Rica y Panamá se siente tímida en las últimas semanas. Cambios políticos en Costa Rica pudiesen ensombrecer los objetivos iniciales. Reuters hoy da un parte noticioso dantesco de lo que acontece en Haití: "Pandilleros haitianos violaron mujeres y niñas y quemaron vivas a personas durante dos semanas de guerras territoriales cerca de la capital, Puerto Príncipe, dijo un grupo de derechos humanos local en un informe que detalla el sangriento conflicto. Las batallas entre las pandillas rivales Chen Mechan y 400 Mawozo dejaron 148 muertos, dijo la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos, y agregó que algunos fueron asesinados a machetazos o murieron cuando sus casas fueron incendiadas. Se perpetró una masacre de una crueldad increíble, se lee en el informe publicado el martes por la noche, que dice que las autoridades gubernamentales no lograron controlar la violencia. Desde el nivel más alto del Estado, no hubo reacción. La pandilla Chen Mechan mató a siete de sus propios miembros que querían detener la confrontación con 400 Mazowo, según el informe. El resto eran civiles acusados de colaborar con rivales o personas que se han manifestado en contra de los abusos de las pandillas, denunció el grupo de derechos humanos."