In Reflexión

VOLVER

La posibilidad. Un nuevo comienzo como metáfora, en busca de mejorar para proseguir con el interminable viaje de ser mejor. El balance. El inventario, desde la verdadera honestidad consigo mismo, que arroja resultados de progresos y, puntos de sombra u oscuridad que requieren de acción sincera para iluminar desde la buena voluntad. Ensayo error. Enero de renovación. Volver a una especie de meta imaginaria, para dejar atrás el pasado transcurrido. Reafirmar o cambiar. Volver como un comienzo imaginario de una reencarnación desde el calendario. Trascender con la conciencia de ampliar y anhelar la continuidad en el despertar espiritual. Despertar como matriz esencial. Fuente del todo, con el aroma de la plenitud y el regalo de la serena paz.

Enero entre montañas. Con el sabor de los dioses sin ruidos y la majestad sencilla de la madre naturaleza. Cada bocado de las alturas recuerdan un nuevo amanecer. Enero de aceptación total, para ejecutar la buena voluntad de medir y revisar todo. Todo es posible. Nada humano me es ajeno. Enero de afirmación de lo que no soy ni quiero ser. Para posicionar desde la nueva meta imaginaria lo verdadero, lo que realmente se anhela. Un año es una cifra. Un cúmulo de minutos, horas, semanas y meses. Gracias al tiempo y espacio. Gracias al regalo de poder medir y cuantificar desde un hermoso inventario, podemos ver nuestra verdad desde una voz crítica constructiva para reafirmar o corregir o mejorar.

Volver a lo básico. Aceptación total. Esa serena posibilidad de segregar la humildad cuando acepto todo y, poder reconocer lo que puedo o no puedo cambiar. Identificar, desde ese espacio de sabiduría al conectar con el Poder Superior, lo que tengo que entregar a Dios para pedirle orientación en mi responsabilidad. Enero de primer paso. Volver a comenzar en el mundo convulso y transparente de las emociones con sus sentimientos. Crecer. Subir otros peldaños en este caminar de la vida, con el matiz de lo real que es la metáfora trascendente en el camino espiritual. Lanzas con los ladridos del éxito mundanal. La mentira con su oscuridad vestida de gloria y ruido pasajero que agobia. Los principios espirituales inmutables legados desde la Grecia de Epícteto y la Roma de Marco Aurelio.

Volver con el alma dispuesta y renovada. Desde el macizo de madera de un pupitre imaginario como alumno espiritual. Dispuesto con la frente en alto. Reconociendo la necesidad de ayuda de los dioses y los cielos. Aceptando la mano amiga que me reafirma que solo no puedo. Desde un punto luminoso en un triángulo dentro de un círculo. Volver hoy. Un nuevo amanecer con mucha luz y, infinitas posibilidades. Volver cargado de optimismo. Renovado con la bendición del Arquitecto Supremo del Universo que todo lo puede desde su omnipotencia. Otro año, otro día. 365 páginas en blanco para reafirmar la voluntad del creador. Para dar mis mejores esfuerzos en la consecución del plan maestro, en los propósitos divinos del paso terrenal de esta alma pasajera que anhela gozo y, la serena trascendencia.

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