In Poesía

AMOR EN TIEMPOS DE EXCESOS

Una pestilencia de todo resuelto le asolaba,
la tarde conspiraba para el placer y fuertes fruiciones de amor,
el confort y el brillo de la tecnología no era suficiente,
la virtual inmediatez de los acontecimientos no llenaba.
Sentir su pecho, lamer sus labios con el calor de sus entrañas,
acariciar sus piernas tiernamente acarameladas y tibias,
en cada pulsación, en cada gesto de satisfacción la gloria del ritmo,
fusionarse y conspirar en la desnudez de un abrazo cautivo,
la boca brilla nerviosa, besos eternos en cada constelación.
Amar es vivir y sentir los dioses de la revelación,
es cuajar la eternidad en un presente imperecedero,
verbo y ritmo; esencia del porqué,
cuantas distracciones y carreras tontas hacia el final,
amar con alegría; en el sello místico de la complicidad.
Amor en tiempos de excesos, como gotas de rocío,
el aburrimiento de todo resuelto y olor a soledad,
solo en olvidarse y darse a la entrega total,
a servir con labios, barba y nariz al deleite ajeno,
darlo todo a cambio de nada, verso y sentimiento,
solo aspirar al revoloteo sensible de las alas del alma.
Todo es nada; sin la secreción apacible del amor,
excesos que pesan, nada vale sin amor,
amor en cada gesto, en cada suspiro y caricia inmortal,
amor en la fusión elegante de cada penetración subliminal.

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