Una leve llovizna humedeció los recios muros. Un olor a tierra milenaria se esparcía por toda la hermosa ciudad. Toledo repleta de historia, callejones y profuso aroma a embutidos. El espíritu del Greco y la codicia del Cardenal Mendoza fluía al ritmo de las nubes por todo su firmamento. Patrimonio de la humanidad esparcidos en cada rincón, cada piedra y arcos milenarios de la ciudad de las tres culturas: cristiana, judía y musulmana. Toledo capital de Castilla y La Mancha, al margen del Tajo paciente, mística y poderosa como su industria metalúrgica. Templada en el furor de sus aceros, sus espadas y cuchillos; milenaria con sabor y donaire en sus corderos asados, la perdiz estofada y sus afamados mazapanes. Disfrutaba al caminar Anselmo Paulino Roncones y recordar el valor de cada paso, cada mirada y sentir repletos de la historia de la humanidad en la ciudad imperial de los Reyes Católicos.
Cerca de la catedral de Santa María de arquitectura gótica -sin dudas la opus magnun de este estilo en España- divisó el emblemático bar Cervantes, establecimiento toledano de alta reputación. Al entrar admiró sus hermosos techos forrados con 1,492 jamones ibéricos pata negra divididos por denominación de origen: Extremadura, Jabugo y Güijuelo. El olor era extremo, un cántico celestial con brotes eternos de sangre de dios. Todo el espíritu español le arropó como pezuñas de toros de Lidia ante esta estampa . Claudia Pedralles -su fiel asistente- le hizo señas desde una mesa. Anselmo Paulino Roncones frotó las manos y beso las mejillas de Claudia. Placer de verte Claudia tenemos mucho trabajo, manos a la obra.
Recién acabo de leer "Un hombre decente" de John le Carré. Se me prendió un bombillo ante los últimos acontecimientos en nuestra amada RD. El final cantinflesco de las primarias, la división de la peste púrpura, el clima de insatisfacción regional y global con las democracias y esta etapa del capitalismo. Sumado al status de crisis explosiva del vecino Haití requieren de enérgicas acciones. Recordó las palabras de Espinal en Diario Libre "La grandeza o bajeza de una nación es la suma de la madurez y el respeto de su liderazgo social, empresarial y político. Todo liderazgo ejerce una pedagogía". RD no esta ajena a la realidad mundial. Cuando el mundo enloquece, debes ir contracorriente. Necesitamos un Ed. Ed que odia el Brexit, aborrece a Trump. El Ed que arrastra a Prue, Florence y al propio Nat, de la novela de John le Carré, por la senda de la indignación política.
Luego de generosas tapas de quesos manchegos, tortillas y jamones Anselmo pidió un trozo de membrillo de postre. Con su plan en la mente y narrado punto por punto a Claudia partieron a la iglesia de Santo Tomé. Allí verían a las 4:00pm al hombre decente. A los pies del cuadro del Greco "El entierro del Conde de Orgaz", habría de tener la conversación. Este vacío ha de llenarse. Momentos históricos estelares que requieren de un hombre decente. Rectitud, libertad, trabajo y moralidad suspiraba Anselmo con el recuerdo de su querido jefe. Decencia, determinación para hacer lo que tenemos que hacer. Tanta demagogia, populismo barato con escasez de estadistas. RD tras la peste púrpura requiere de nobles esfuerzos. Profundas reformas reales para consolidar las bases de nuestro desarrollo. Haití -estos blandengues de mierda dizque Boschistas- necesita de toda nuestra diplomacia, geopolítica con astucia y determinación. Como es posible que siendo miembros en el consejo de seguridad de la ONU no hayamos sido capaces de poner en la agenda mundial este importante tema. Anselmo se enfurecía junto a la imagen del Conde, y el resplandor colorido de las nobles paletas de Doménikos Theotokópoulos. El hombre decente observaba y escuchaba, Claudia redactaba las notas.
Tomar el poder y desde dentro hacer las reformas y enderezar entuertos. El hombre decente será clonado por el sistema. La sociedad abierta lo demanda. Soy el embajador del nuevo consenso de Washington para la Hispaniola. Como nadie conozco las entrañas de la realidad del alma nacional. Homogenizaremos los estándares globales. El mundo libre, junto al libre mercado estarán ya fuera del alcance de caprichos, sentimientos e emociones de Homo Sapiens. El hombre decente será el liderazgo del nuevo milenio, el nuestro en la piel de usted tendrá la fusión de las maquinas y en este periodo de iniciación de la era gloriosa sumaremos un chip del ADN del joven turco egresado del colegio Loyola, y otro del emprendedor delfín de aquella aún poderosa familia desde Lilís. La sensatez del método de las máquinas sin la palma, ni el coco y sin la memoria del clima harán pues la diferencia. Abrirá las puertas a la nueva civilización. Sin hamaca, sin bono gas ni bono romo, ni edes de parásitos subsidiada. Sin holgazanes ni caudillos. Sin vividores ni tigres que chupen la vaca nacional.
Una bruma de espanto por toda la iglesia asustó a Anselmo Paulino Roncones. El humo dorado de su soñado e imaginario hombre decente desapareció. En trance de sano juicio pensó en el Dr. Marañon. Una sombra cargada con San Esteban y San Agustín bajaron del cielo con sabor a la ciudad de Dios. Gonzalo Ruiz de Toledo le miraba desde el cuadro con lágrimas. Un Calderón fantasmagórico y fulgurante por todo el templo declamó: La vida es un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Desde las puertas del templo un Penco de Rocinante caribeño relinchó sus éxitos en Bonao aquella villa tropical de Petán, ohh Dios; maderas de sueños emergían del piso. Ojo mágico mascullaba sonrisas de pesadillas.