Los usos y costumbres son poderosos. La cultura marca el alma, como sellos de la voluntad y la representación. Jacques le Bon soñaba desde su choque de sazones culturales. Era miércoles, y había caminado dos horas a buen ritmo en el Parque de la Vida. Exhausto, frotaba sus labios en busca de inspiración sentado en su sillón rojo.
En busca de orientación divina, se paró rumbo a la cocina. Desde sus audífonos, escuchaba al maestro Paco de Lucía con su pieza Entre dos Aguas. Los mágicos acordes del andaluz definían el rumbo del sabor. Huevos Flamencos vociferó Jacques le Bon, luego de fiscalizar la despensa …