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HELADO LA CRÉME FRESA PONTY

Lejos del bullicio de ciudad. En gozo espiritual. Junto a las bondades del campo, al ritmo mágico de una sinfonía de Madam Sagá, Jacques le Bon saboreaba el aroma de las olas sentado a la sombra del Guayacán. Extasiado junto al panorama leía El aroma del tiempo del filósofo Byung-chul Han. Distanciado de auto-tiroteos sospechosos de decadencia imperial con posible final Warren. Cultivaba el arte de demorarse desde la perspectiva de Heidegger, finamente desarrollada en el libro por el profesor de origen coreano de la Universidad de las artes de Berlín.

En comunión con el lugar, Jacques le Bon se deleitaba junto a la vista de la bahía y, las generosas brisas del momento. De momento todo cambió. Paró el oleaje y el viento se apagó de repente como un abanico al irse la luz. Avispas, Tábanos y Mosquitos iniciaron su revoloteo e incursiones desesperados con el inmediato naciente calor. Turbado ya, Jacques le Bon se paró de la tumbona. Entre el calor y la acidez del sabor a salitre caliente, un pensamiento monotemático lo secuestraba. Helado, helado repetía Jacques le Bon como necesidad imperiosa.

INGREDIENTES ( 6 BOLAS GENEROSAS )

1-1/2 taza de fresas de Constanza licuadas, aparta trocitos de fresas, 3/4 taza de leche entera la Asturiana, 2/3 taza de azúcar blanca, 1 pizca de sal, 1-1/2 taza de crema de leche President, media cucharita de vainilla y cuatro o cinco frotes generosos de ralladura de limón.

EL PROCESO

Lo primero limpiar las fresas para luego licuar hasta tener 1-1/2 taza, aparte dejamos trocitos de fresas. En un boul la leche, la azúcar y a batir. Luego la crema de leche, la vainilla y la ralladura de limón. Seguimos batiendo con un molinillo con fruición. Ya con espuma y cuerpo vamos añadiendo el puré de fresas y, batir y batir. Al final agregamos los trocitos de fresa y volvemos a batir. Ya listo tapamos el boul con papel de aluminio, luego lo colocamos en el congelador por tres horas. Para la producción usamos una máquina de helados casera Cuisinart. Pasadas las tres horas, retiramos la crema ya compacta del boul y la vertimos en el envase inoxidable de la máquina (tazón congelador) y batimos todo por 20 minutos hasta espesar en formato la créme Ponty. Un valioso consejo es, antes de echar la crema, dar leves vuelta al funcionamiento de la máquina con el tazón vacío para que no se pegue.

A falta de los imperiales de la Hostos hace años ya. Con la imposibilidad de llevar helados al campo. Al ritmo de la decadencia imperial desde este Caribe insular. El poder cremoso de cada cucharada y, la posibilidad de una flor de Jamaica clintoniana, era un sentimiento sabroso entre Constanza y la exuberante bahía de Ocoa.

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