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NUESTRO NESS & LOS CHINOS DE MALAMUD

Sonó el despertador a las 5:07am. Las caricias del aire acondicionado lo llevó a esperar para levantarse. Pensó en Carrier con deseos de hacerle una estatua a aquel héroe genuino. Conocedor del calor le esperaba fuera de aquella burbuja, frotaba su edredón acolchado con una fruición de ternura. El clima de los últimos días en Santo Domingo era una locura. Una hoguera terrenal  que embota los pensamientos, atrofiaba emociones y aturdía sentimientos. Tras vencer con voluntad el trance Jacques le Bon se levantó. Se duchaba con chorros generosos tratando de no pensar. El chirrido de la ducha y los golpes húmedos de las gotas al caer en la cerámica dominaban el escenario. Casi listo para salir de la habitación, Jacques le Bon daba los toques finales a su aseo matutino con generosos chorros de colonia 4711. Pensaba, como terapia evasiva, que aquella agua de colonia alemana poseía poderes místicos sobre el calor tropical.

Tras sus meditaciones matutinas, estuvo presto para desayunar. Inició su primera comida con un pequeño plato de frutas acompañado de un puño de nueces. Cada tajada fría de mango banilejo era un bálsamo para sus sentidos. Calor y cosecha de mangos no es casualidad pensaba Jacques le Bon. Prensa en mano se incorporaba a su rutina. Operación Halcón rezaban los titulares. Ya el viejito de Youtube, con la banderita americana al lado, había hablado días atrás de esa poderosa red mafiosa. La penetración del crimen organizado era ya de espanto. El poder exhibido a plena luz. La espuma comercial de restaurantes colmados de estos clientes de los tiempos. Lo popular de los vehículos de alta gama, artículos Louis Vuitton, Gucci en maridaje con dembow y reguetón junto a colores estrafalarios que dominaban la república. La amenaza vía Whatsapp a nuestra procuradora parecería un antes y después. Tuvo una contundente respuesta ayer pensaba Jacques le Bon al leer en el parte noticioso el despliegue del estado en Santiago de allanamientos, arrestos por aire y tierra.

Hace ya años que se viene planteando el constante aumento y presencia en el poder del crimen organizado con sus ramificaciones internacionales en RD. Desde el cambio en el sistema de pago en especies en el narcotráfico, el consumo y la violencia se han disparado. El torrente de papeletas de la droga, con el sicariato ha traído contubernio y sociedad con muchas esferas podridas dentro y fuera de lo oficial. Basta ver la composición del congreso de la República Dominicana y los aportes a campañas políticas. Lo cierto es que la digna mujer que ostenta el cargo de Procurador General de la República es una esperanza. Un símbolo inmarcesible que otea la llama de la patria. Un referente extraño para los tiempos con sabor al Prócer. Nuestra Ness necesaria de los tiempos.

Era 14 de Junio y la prensa le recordaba a Jacques le Bon la muerte del militar y político dominicano Pedro Santana Familia. Sin Santana no hay independencia recordaba Jacques le Bon con un sinsabor. Por algún sospechoso motivo recordó el artículo "Los Chinos de Malamud" del pensador del "think Thank" Fundación Economía y Desarrollo. En una especie de respuesta de un amigo de Aduanas el columnista esgrimía argumentos para exculpar a donde todo empieza. Porque es por Aduanas por donde se inicia el proceso fiscalizador. Jacques le Bon recordaba aquel bajadero de espanto. Se había establecido reglas exclusivas para Chinos de que por cada contenedor de 40 pies pagaban la suma de un millón de pesos. Pero como así suspiraba Jacques le Bon quien sabe muy bien que un contenedor de Plomería-Ferreteria con mucho bronce por ejemplo puede pagar hasta cuatro o cinco veces más ese valor en impuestos. Unas reglas del juego para unos representantes de la dinastía Ming Oriental y otras para todos los otros importadores. Si una dinastía vociferaba Jacques le Bon, pues eso es el sistema de la China de Mao-Xi con el nombre de partido comunista. Como es posible razonaba que siquiera le permitan entrar al país y hacer proceso de Aduanas estas mercaderías de empresas no registradas, sin arraigo económico ni social se preguntaba Jacques le Bon. El columnista amigo de Aduanas exculpaba a la institución.  Con la mano invisible de Adan Smith apuntaba a Impuestos Internos sugiriéndoles incluso un férreo modus operandi. Como queriendo ser su amigo también. Mientras los Chinos como una dinastía organizada, con un sistema y repartiendo a diestra y siniestra tienen todos el mismo gestor de Aduanas. Y verifican y despachan en un mismo día hasta 300 contenedores en una operación de un todo como conglomerado con el sello de jarrones Ming. Vaya vaya mascullaba Jacques le Bon.

El calor, el vuelo rasante de halcones depredadores junto a los chinos de Malamud eran metáforas atemporales. Era también 14 de Junio de aquella raza inmortal. Fecha de los sueños de libertad esparcidos de la juventud por Maimon, Constanza y Estero Hondo, que hicieron mover Las escarpadas montañas de Quisqueya. El verbo como juvenil empujón necesario a aquella satrapía arrolladora. Los cambios luchaban junto a un lánguido aroma. El recuerdo de la raza inmortal se debatía con un teteo juvenil en la 42 arrebatado de productos con sexo vacío y desolador. Los sueños del momento era un espejo de abismos abstractos e incoloros desprovistos de propósitos constructivos. El ministerio público buscaba resguardecer la llama, o eso le parecía a Jacques le Bon con sabor a pueblo desde su hoyito en Villacon. Un halito de fe, fortaleza y esperanza que busca sobrevivir este Ciclón Batatero. Antes y después aún por verse. Civilización o barbarie. Dios, Patria y libertad como símbolos patrios, en espera de la consolidación institucional de la sociedad soñada por el Prócer de la República: Juan Pablo Duarte y Díez. La justicia con su venda ciega de honestidad como principio espiritual. Los chinos de Malamud y el vuelo sigiloso de halcones como alas con alma de un mismo pájaro.

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