In Cultura

ASSISE

FRANCISCO DE ASÍS

"Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para distinguir la diferencia…"

San Francisco de Asís

Francisco de Asís nació en Assise, Italia, en el año 1182, hijo del rico y poderoso mercader Pietro di Bernardote. Fue un joven inquieto, libertino, abierto a vivir y disfrutar todos los placeres carnales de la existencia, ávido y dispuesto a poner en práctica todo el hedonismo y placeres terrenales que su status económico y social le permitían. Vio y conoció el mundo, saboreó y fotografío en sus entrañas la vida pasajera, el ruido y el gozo de una vida estridente, carnal, preñada de lo material del tener, ajeno al ser. El año 1202 marcó un antes y un después, un paso místico "del Tener al Ser", como magistralmente planteara el reputado intelectual Erich Fromm, tras varios meses preso por su participación en los altercados ocurridos en la época entre las ciudades italianas de Asís y Perugia. Al recobrar su libertad, un profundo proceso de transformación se manifiesta en este interesante hombre, en 1206 renuncia a los bienes de su padre y funda la orden franciscana, asume la pobreza como un valor; de ahí en adelante su portentosa obra es archiconocida.

Los que hemos tenido el privilegio de visitar Asisse, cabalgar por la mágica y preciosa Toscana rumbo a su tumba, recordamos hoy aquella fotografía, aquel portento espiritual que sentimos al descender nuestra mirada y sentir la grandeza de esta alma, su infinita posibilidad de vivir dos vidas en una, saber por experiencia el sabor de la oscuridad y la luz… No es casual que este purpurado romano haya adoptado el nombre de "FRANCISCO", refleja agudeza y sabiduría para, sin caer en los extremos, ver las necesidades de enfoque más perentorio en este mundo cruel, con un ser perdido, sin brújula espiritual-existencial…

El sábado 3 de septiembre a la 1:00 pm se rezará a nivel planetario su hermoso legado "La oración de la serenidad"… un hermoso canto, un párrafo sencillo y breve pero riquísimo en sabiduría, un axioma místico vital para el hombre adaptarse al cosmos. El sábado, pues, los que como Asís (guardando la distancia) hemos almacenado el ruido mundanal en nuestros corazones para luego ávidos buscar luz, cánticos para el alma, haremos votos el sábado, recitaremos a la 1: 00 pm ese himno a la redención, a la aceptación, el valor y la sabiduría de existir…

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